Manuel Delgado explica que "seguimos la moda porque nuestro objetivo es quedar bien y resultar aceptable". Opina que "no tiene que ver nada con el feminismo", ya que "si realmente se buscase la dignificación del cuerpo de la mujer, y la liberación de las esclavitudes de una seudoestética, lo que se reivindicaría sería el pelo en el sobaco".
Juan Adriansens comenta que "el pelo siempre ha sido un elemento profundamente erótico". Él es partidario de que "cuando hay un cuerpo bello no se debe tocar ni acursilar" y que "todas las modas referidas al cuerpo humano son atentados contra el buen gusto".
Lucía Etxebarría confiesa que "yo no me depilo y no he recibido jamás una queja en la cama". Argumenta que "el pelo está para proteger" y que "yo puedo elegir lo que quiera".