Cristina Losada cree que la mentira "se ha instalado como práctica habitual". Nos explica que "en la Grecia clásica se le da el nombre de demagogo", y consiste en la persona que "sustituye la argumentación, lo racional y real por ese tipo de trucos" y que "siempre juegan con la ambigüedad del lenguaje, siempre hay un margen para la interpretación".
Elisa Beni recurre a la argumentación del lenguaje empleado por los políticos. "El neolenguaje consiste en cambiar sutilmente las palabras para que se puedan digerir realidades impopulares" y que "responde a la necesidad que tiene el sistema político de mantener el nivel de control de los ciudadanos en la democracia, que en sistemas totalitarios se tiene mediante otros métodos más violentos".
Juan Adriansens comenta que "las mentiras en Grecia tenían un vuelo muy fácil y una vida corta", pero que "en el mundo actual mentir es algo completamente absurdo, porque al final siempre se descubre esa mentira y va en contra de la persona que lo diga". Respecto a la noticia que ha motivado este debate, Adriansens asegura indignado que "lo de Montoro no ha sido una mentira, ha sido un insulto".