A mediodía conocíamos la filtración de un borrador en el que estaría trabajando el Tribunal Supremo de Estados Unidos, de mayoría conservadora, y que pretendería derogar la doctrina que desde hace 49 años consagra la libre interrupción de los embarazos no deseados por parte de las mujeres norteamericanas. De ser cierto, el derecho al aborto quedaría suprimido en el país, lo que ha reavivado el debate sobre hasta qué punto está garantizada la conquista de los derechos de las mujeres.
Según Agustín Alcalá, se trata de una filtración "extraordinaria", ya que no es frecuente conocer información interna delTribunal Supremo de esta forma, y mucho menos con una decisión que afecta a tantas miles de mujeres en el país. La particularidad de esta información reside en el fuerte empeño que pone el organismo para evitar las filtraciones, limitando el acceso a las conversaciones que mantienen los jueces y sus asistentes en los espacios públicos de la sede del Tribunal.
La gran pregunta que se plantea el organismo, sus responsables, la prensa estadounidense y prácticamente la totalidad del país en quién habría sido el autor de estas filtraciones y con qué intención se habrían efectuado.
