Se cumple una semana desde que Rusia comenzara una operación militar en Ucrania sin precedentes en la historia reciente del viejo continente, que ya ha causado la salida del país de más de un millón de refugiados. En el día de hoy, hemos conocido que Emmanuel Macron, presidente de Francia, ha mantenido una conversación telefónica con Putin de una hora y media en la que el líder ruso ha confirmado que "lo peor está por llegar".
El impacto de esta invasión en la vida de toda Europa es incalculable e impredecible, ya que todo apunta a que las hostilidades no cesarán a corto plazo. A pesar de que lo destacable es la unidad de acción de los países europeos que, junto a EEUU, están procurando escoltar a Ucrania mediante la diplomacia y las sanciones económicas, lo cierto es que, por el momento, parece no ser suficiente.
En España, el debate sobre el envío de armas al país ucraniano ha causado una nueva grieta en el Gobierno de coalición, en el que se han manifestado posturas contrarias, también incluso dentro del propio partido de Unidas Podemos. Hoy también hemos conocido que ya han salido el primer grupo de los 150 soldados que reforzarán el flanco oeste de la OTAN y apoyarán a los 300 que se encuentran allí.
Según anunció ayer la ministra de Defensa Margarita Robles, el próximo viernes por la mañana saldrán hacia Ucrania los 1370 lanzagranadas, 2.000 cartuchos de fusiles y ametralladoras y las ametralladoras ligeras que aportará nuestro país al frente de la ofensiva en el este del continente.
