El gigante estadounidense, Amazon, se ha vuelto noticia por su decisión de ir a los tribunales para impedir que sus trabajadores se organicen en sindicatos. Esto sucede cuando hay empleados que explican que deben orinar en botellas porque no se les permite ir al baño.
Frente a esto, el presidente de EEUU, Joe Biden, ha afirmado que las empresas no pueden presionar a los trabajadores y que si lo desean, pueden sindicarse. ¿Están retrocediendo los derechos laborales? ¿Qué empresas plantean estas condiciones precarias? Lo analizamos con Arantxa Tirado, Juan Manuel de Prada y Javier Gallego.
Tirado explica que esto es una muestra más del capitalismo y solo busca aumentar las ganancias a partir de ejercer presión contra los trabajadores. Considera que "lo que sucede con Amazon y los sindicatos no se daría si estos quisieran unirse a una organización medioambiental" y añade que esta empresa ha aumentado mucho sus ingresos por la pandemia y está haciendo uso de "condiciones laborales del S. XIX".
Por su parte, de Prada aclara que las empresas pueden imponerse de estas formas debido a "la cohesión con el poder político", es decir, que ahora este último está al servicio de las empresas dominantes. En la Unión Europea, la legislación ampara estas condiciones laborales. Además, reflexiona que los Estados deben recuperar su papel rector e imponerse a las empresas.
