Algunos oyentes de 'Julia en la onda' han recordado que las sopas de vino o sopas de burro cansado, como se dice en algunas zonas de España, se tomaban para desayunar en los años 60. También era habitual el pan con vino y azúcar. El motivo es que el pan y el vino eran dos elementos fundamentales en la dieta de los españoles. Se aprovechaba especialmente el pan duro y el vino era insustituible en cada comida y cena.
Hay que tener en cuenta que hace varias décadas según ha dicho Ana Vega "no se pensaba que el alcohol era algo malo". Además, se hacia una gran distinción entre las bebidas de alta graduación como licores, o el agua ardiente y el vino, que de alguna manera "se consideraba medicinal". Vega ha aclarado que los vinos de producción casera no solían tener mucha graduación de alcohol.
La Biscayenne ha querido recordar el anuncio de "El coloso" un vino quinado. Este se hizo muy popular a finales del siglo XIX, eran vinos a los que les echaban diferentes principios activos medicinales que se vendían en farmacia. Podían llevar quinina, fósforo, hierro, potasio, vitaminas, coca, nuez de cola, y un largo etcétera.
