El principal motivo del fin de Arrano Etxea es la edad. «Joxan tiene 86 años y hemos pensado que nos toca ya dejarlo», cuenta García. Ambos han dedicado su tiempo libre al cuidado y recuperación de todo tipo de animales que les llegaban a Igeldo. «Aquí ha llegado de todo, lo habitual suelen ser tejones, aguiluchos, zorros pero hemos tenido búhos reales, buitres, elanios, gordinas...» enumera. También han vivido con especies poco frecuentes en esta zona. «Una vez nos trajeron 50 loros a la vez de un decomiso, leones, focas, y el día que nos subieron un delfín tuvimos que ingeniárnoslas para atenderle rápidamente y devolverle al mar». Tanto para Mertxe como para Joxan han sido años de «total dedicación fuera de nuestros propios trabajos con pérdida en muchas ocasiones de nuestra propia libertad. Es como hemos querido vivir». Asegura que ha merecido la pena. «La satisfacción mayor es devolverlos a la naturaleza, ese es el mayor éxito, ver que un ave herida vuelve a volar».