El filial del Fundación Lucentum, que comandan al alimón la Universidad de Alicante y el ayuntamiento de La Nucía, ha hecho una temporada sin precedentes.
Nació como un equipo joven y su objetivo, “al principio de temporada”, recuerda su entrenador Sergio Salesa, “era lograr la permanencia en una liga que está diseñada, en principio, para jugadores con más experiencia”. Sin embargo, el objetivo se ha cumplido de largo y casi se meten entre los equipos con alguna opción a ascender de categoría.
El club ha mostrado un juego con algún momento irregular, es cierto, porque “nos pesó mucho el único caso de coronavirus que tuvimos”, reconoce Salesa, “y nos costó volver tras el parón”, pero generalmente compacto y, sobre todo, demostrando una progresión que prueba el hecho de que algunos jugadores “han pasado al primer equipo y otros tienen una gran proyección futura”.
Para Salesa, precisamente, ése era otro de los objetivos a cumplir: convertirse “en una escuela para estos jugadores jóvenes”. Y, desde luego, lo ha logrado, porque es indiscutible la profesionalización que hemos ido viendo en todos y cada uno de ellos.
El técnico, ahora, entra en periodo de negociaciones. Aún no se ha reunido con el club pero en los rojillos del aro “ya conocen mi entera disposición a continuar con el club”, aunque aún es pronto para conocer qué es lo que el club quiere, porque “como es natural”, apostilla Salesa, “están ahora volcados en el primer equipo”.
