Debido a los graves ataques de las plagas y a la restricción de materias activas fitosanitarias, el proyecto pone el foco en el estudio de bioplaguicidas que resulten sostenibles, económicos y eficaces a largo plazo. Entre estos compuestos naturales destacan los aceites esenciales porque presentan una menor toxicidad, son compatibles con los enemigos naturales, no dan lugar a resistencias, se degradan con rapidez y son respetuosos con el medioambiente. De los más de 300 aceites esenciales comercialmente importantes, ESENCIA-N va a investigar la azadiractina, es decir, el aceite extraído de las frutas y semillas del árbol de neem.
Según las primeras evidencias científicas, extractos con alta concentración de azadiractina podrían ser los precursores de una nueva generación de productos insecticidas, fungicidas, acaricidas y protectores de las cosechas preservando el entorno. Sin embargo, la aplicación directa de aceites esenciales no está siendo del todo efectiva al degradarse con facilidad por efecto de la temperatura o la radiación solar y, por ello, el proyecto plantea también el análisis en laboratorio y campo de nanomateriales que sean capaces de encapsular la azadiractina. ESENCIA-N está financiado por la Conselleria de Agricultura, el Ministerio de Agricultura y la Unión Europea-Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural.
La Finca Sinyent de AVA-ASAJA en Polinyà del Xúquer acogerá experiencias en parcelas, así como demostraciones dirigidas a dar a conocer los resultados entre los agricultores para que puedan incorporar parte de las innovaciones analizadas en sus explotaciones.
Miriam Benítez, investigadora de este proyecto, ha estado en Más de uno La Ribera.