Mechas

30 y tantos: Las mechas

En estas fechas navideñas toca ponerse guapo por dentro y por fuera. Son días de peluquería y mechas. Y precisamente de eso va este 30ytantos. Del gran descubrimiento que ha sido para muchos parecer un poco más jóvenes cambiando solo el color unos pelos.

Pepa Gea

Madrid | 20.12.2012 13:52

Aunque muchos pensemos que las mechas son de hace dos días, lo cierto es que aparecieron ya en los años 60 cuando L´Oréal inventó el primer polvo decolorante. Por aquel entonces, muy pocas se atrevían dado que el proceso de decoloración era largo y tedioso. La herramienta que se usaba para separar el cabello era algodón y eran necesarias muchas manos y demasiadas horas para colocarlo. Pero de eso hace mucho tiempo.

Ahora la cosa ha cambiado mucho. Incluso puedes elegir entre mechas y reflejos. Se hacen de la misma manera pero cambia el producto. Las mechas se logran con decoloración y los reflejos mezclando un oxidante con un tinte. Las mechas hay que vigilarlas constantemente para que no te queden de color naranja o blanco, mientras que los reflejos no necesitan tanta vigilancia. Cuanto más claro se quiera, más agresivo será para la estructura del cabello. Por eso los profesionales aconsejan que no haya una gran diferencia entre el color natural y el que queremos poner.

Las mechas empezaron a hacer furor a mediados de los 80. Y desde entonces se hacen tantas como tintes o baños de color ya que es una forma de darle un aire a nuestro aspecto sin cambiarlo demasiado. Pueden nacer en la raíz o a mitad de cabello y puntas como las californianas- que en contra de lo que la gente cree no nacieron en California sino en París. Pero en todas lo que se busca es naturalidad. El efecto del sol tras pasarte el verano en la playa. 
Se pueden hacer finas o gruesas y con distintas herramientas: con papel de plata, con el peine, con gorro y aguja de ganchillo, cardando el pelo… y con pegatinas. Si, con algo similar a unas pegatinas. Es lo más, porque consiguen que sean asombrosamente naturales. Es una herramienta de Davines, una de las grandes firmas capilares, a la que han bautizado como Flamboyage. Se trata de unas tiras adhesivas que se ponen en los mechones y a la altura que se quieren colorear, en las que el cabello se pega de forma aleatoria, no mecánica como puede ser la mecha tradicional. Ese cabello que se queda adherido es el que se tiñe o decolora. Al ratito se quitan fácilmente en el lavado. Y cuando el cabello coloreado se mezcla con el no coloreado, el aspecto es increíblemente natural. Con zonas más claras, distintos puntos de luz sin raya alguna ni marca de crecimiento, aunque pasen semanas. Se pueden hacer en todo tipo de cabellos, hasta en los mas cortos. Y por supuesto en cualquier cabeza ya sea masculina o femenina.

Como me contó Oscar Sánchez, International Master Trainer de la firma, esta herramienta salió por un lado de la cabeza de Angelo Seminara el director artístico de Davines, que en su salón de Inglaterra no dejaba de pensar en una solución para esas clientas con el cabello muy fino que querían un aclarado en el que no se notara las marcas de crecimiento. Y por otro, del departamento de I+D donde consiguieron dar con el pegamento que lo ha hecho posible. No está en todas las peluquerías, yo lo he encontrado en Kaché en la localidad madrileña de Boadilla del Monte. En la web de Davines hay un buscador para localizar la más cercana.


Para acabar, sobra decirte que para que las mechas sean perfectas y no estropeen tu cabello, hay que ponerse en manos de un profesional. Pero si por circunstancias de la vida, no puedes y te ves con maestría L´Oréal acaba de sacar las mechas californianas para hacértelas en casa. No te van a quedar igual pero algo es algo.


¡Mil Besos y a brillar!

Feliz Navidad