"PA COMERSE MADRID" CON ISABEL AIRES

¿Un heladito para el calor?

Hoy estoy por empezar la sección cantando la canción de Los Rodríguez de “hace calor”, porque aunque parecía que esta semana nos iba a dar un poco de tregua, la verdad es que nos ha durado poco… Así que como el dicho de ‘si la vida te da limones’ yo voy a inventarme uno de ‘si la vida te da calor, dale un buen helado’. Cremosos, artesanos, de sabores clásicos o sorprendentes, los helados se han convertido en el refugio dulce del verano madrileño. Y es que en Madrid no solo se combate el calor con abanicos y terrazas a la sombra, también con cucuruchos rebosantes de felicidad. Hoy, nos damos un paseo por algunas de las heladerías más irresistibles de la ciudad, desde las más tradicionales hasta las que se reinventan… ¡O incluso podemos pedirlos para que nos lleguen a casa!

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Madrid |

Cada vez están abriendo más heladerías en la capital con muchas propuestas que merece la pena conocer, visitar y probar. Como Zúccaru, en la calle Vergara o Palafox y, que preparan a la forma siciliana y para mayor alegría de los golosos, viene dentro de un brioche. Es un postre típico de Sicilia que elaboran con productos de Km0, utilizando por ejemplo la leche de una granja ecológica de Madrid. De turrón, de café arábica, de vainilla de Madagascar, son algunos de los helados que podemos pedir.

Unos helados que también están triunfando son los de yogur… Así que ojo a quienes le guste el yogur griego porque hace un par de años abrió Myka, en Ortega y Gasset, una tienda con decoración blanca y azul que nos transporta con la imaginación a Mikonos. Natalia y Javier después de unas vacaciones en Atenas vinieron con la idea y están triunfando, y han abierto otros muchos puntos de venta. Seleccionan el mejor yogur griego y cada día en sus tiendas lo mezclan con kéfir de cabra, consiguiendo un helado suave, cremoso y saludable. Tienen 20 toppings como acompañamiento, como naranja amarga, pistacho, miel artesanal, stracciatella de higos, entre otros. Una forma de darse un capricho sin pecar en exceso…

Una heladería que estoy feliz que esté en Madrid es Regma, en la calle Fuencarral, 124, conocida por muchos de Santander, y a la que voy todos los años cuando paso unos días allí en agosto, a tomarme mi sueño hecho realidad: el corte de nata. Me sabe a infancia, a tradición. Tanta como la de esta firma, que lleva desde 1933 cuando Marcelino Castanedo abrió en tierras cántabras. Ingredientes naturales y buen hacer es su secreto. Y sabores tan ricos como mantecado, turrón, avellana, tarta de queso, entre otros…

Y antes decía que además de ir a comprarlos, podemos pedirlos y que nos lleguen a casa directamente, sin salir al calor de la calle, y es curioso el elevado el crecimiento que está haciendo la venta de helados que pedimos en las plataformas de envío a domicilio. Según Glovo, la venta por delivery ha crecido un 30% respecto al año anterior, con más de 329.000 helados pedidos a través de la App. Se dice pronto, ¿eh?

Propuestas tan ricas para pedir en casa como las de La Dolce Fina, en la calle Villanueva, 31. Preparan según dicen sus propietarios auténtico helado italiano, que hacen con productos de proximidad, ingredientes naturales y sin aditivos, siendo su único conservante el frío. Sabores como el Dolce Fina, a base de crema suave infusionada con azafrán y piñones caramelizados, el de Pistacho, con 3 variedades diferentes, o mi favorito como decía antes, el Fior di Latte, de cremosa nata.

¡Nos vamos a quedar helados!