Edulcorantes

30ytantos: Edulcorantes

En vista de que todos andamos con restricciones en nuestra ingesta calórica; que queremos quitarnos lo que nos ha puesto la navidad... hablemos de esas sustancias que nos endulzan la vida sin engordarnos. Seguro que has oído alguna leyenda urbana sobre ellos. ¿Son seguros los edulcorantes? Enseguida te lo cuento eso, en qué se diferencian y qué tenemos que tener en cuenta antes de comprar.

ondacero.es

Madrid | 16.01.2015 11:57

Comencemos por la primera cuestión. El consumo de edulcorantes bajos o sin calorías es seguro y no existe relación con la aparición de enfermedades no transmisibles. Eso, que demuestran cientos de estudios, la doctora Pilar Riobó, del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz lo ha recogido en el artículo “Edulcorantes bajos o sin calorías: mitos y realidades” donde insiste en que los edulcorantes bajos o sin calorías se llevan utilizando de forma segura desde hace más de un siglo y que están sujetos a estrictos controles.

Los hay naturales: fructosa, lactosa, glucosa… pero tienen calorías. Y los hay artificiales que no tienen y que son los que han sido objeto de estudio, de leyendas y mitos. Leyendas urbanas como que producen cáncer. Esa historia nace en los años 70 cuando las conclusiones de un estudio sobre los edulcorantes de aquella época, Sacarina y Ciclamato, decían que podían ser carcinógenos en ratas macho produciendo cáncer de vejiga cuando se utilizaban en dosis muy elevadas. Esos estudios en ratas no se han demostrado en humanos, es más a lo largo de los años han ido saliendo cientos de ellos que demuestran la seguridad de estas sustancias. Aun asi, hay países como EEUU donde desde entonces no se comercializa el Ciclamato. En Europa si está permitido. Otra de esas creencias erróneas es que los edulcorantes dan hambre, cosa que tampoco se ha podido demostrar ya que los estudios que se han hecho al respecto no lo corroboran.

Hay que tener en cuenta que los alimentos o bebidas donde el azúcar ha sido sustituido por edulcorantes bajos o sin calorías pueden ayudar a bajar de peso, siempre y cuando quien los consume tenga un estilo de vida saludable: que haga ejercicio y tenga una dieta normo calórica, de poco sirve pedir edulcorante en el café si antes te has comido un cochinillo con patatas fritas y de postre una tarta de manzana, que el edulcorante no tenga calorías no significa que tenga el poder de eliminar las que ya has ingerido. Además que tomemos edulcorantes no nos hacen más golosos pero tampoco menos. Así que, moderación.

Edulcorantes artificiales hay muchos: El aspartamo, el ciclamato, el sorbitol o la sacarina, que es el primer edulcorante que se utiliza desde los 80 de forma masiva, neotamo, alitamo, la stevia (un producto químico que se extrae de las hojas de una planta que tiene un cierto sabor a regaliz) y luego está el que roza la perfección y que desde hace dos años en España se conoce como Sucralin. Este edulcorante lo que contiene es sucralosa. Una sustancia que se extrae directamente de la caña de azúcar, por eso sabe a azúcar pero sin calorías. Además se puede cocinar con él.

A los edulcorantes se le hace un examen toxicológico para establecer cuál es su IDA, que es la ingesta que uno no debe superar para que no perjudique su salud. Para tu tranquilidad te diré que la IDA suele ser tan alta que salvo que alguien se lo proponga es muy difícil alcanzarla. Estas sustancias en la legislación se consideran aditivos y por eso tienen aparecen en los ingredientes de los alimentos de las etiquetas con un código o numero E. Algo que es muy importante conocer para saber cuál comprar es el poder endulzante de cada edulcorante. No es lo mismo el Aspartamo que endulza 200 veces más el azúcar, que la Sacarina que lo hace 300 o la stevia y el Ciclamato que endulzan muy poco solo unas 50 veces. Tendrás que comprar más cantidad de todos estos que por ejemplo Sucralín que endulza 600 veces más que el azúcar y con una dosis mínima consigues el mismo efecto. No te fíes del tamaño del bote ni lo pongas en proporción con el precio. Como ves hay muchas diferencias entre unos y otros. Échale un ojo a las etiquetas. Mira siempre la cantidad de gramos exactos de edulcorante que lleva el producto libre de lactosa, gluten… porque hay veces que compramos el más barato y luego, como tienes que echar más cantidad, resulta que es el más caro.

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