La operación empezó cuando se detectó un acoso que sufría una menor en un instituto del barrio madrileño de Carabanchel Alto y, tras una extensa investigación, los agentes comprobaron que otros menores de edad habían sido víctimas también de acciones delictivas.
Los agentes identificaron a los presuntos autores y les detuvieron acusados de cerca de veinte acciones delictivas como robos con violencia, extorsión y lesiones. Los ahora arrestados elegían a los alumnos más vulnerables en las inmediaciones del Parque de la Peseta y les asaltaban y amenazaban con armas blancas.
Además les agredían y sometían a tratos degradantes, e incluso en alguna ocasión les obligaron a conseguirles droga, intentando que formasen una banda que se dedicara a cometer delitos. También se les atribuye la sustracción de unos 40.000 euros en joyas a la familia de una de las víctimas, al conseguir las llaves de su domicilio y entrar a robar.
En una ocasión fueron sorprendido por el padre de uno de los menores mientras le sometían a tratos vejatorios y, al recriminarle su acción, trataron de agredirle con un machete que fue intervenido durante la investigación.