La inoportuna lesión de Ousmane Dembelé en la Eurocopa se produce en el peor momento para el jugador y para el club. La larga ausencia de los terrenos de juego, no comenzará la temporada, ya recurrente en el jugador normando llega cuando solo le queda un año de contrato y se debatía entre renovar por el Barcelona o ser traspasado este verano.
Se complica su futuro. Lo ideal para el Barcelona hubiera sido una venta este verano. No hay que olvidar que ayer insistió Javier Tebas en la precaria situación económica del Barcelona y la imperiosa necesidad de rebajar la masa salarial sobre todo si pretenden la renovación de Leo Messi. Con ello el Barcelona ingresaría parte de la inversión que hizo por él punta internacional Galo, poco en proporción a el coste y bajaría el coste de la plantilla al tener Dembelé una ficha significativa.
El gozo en un pozo. Una de las posibles monedas de cambio del vestuario culer se cae antes de empezar a mover fichas. Y lo que es peor también es que crece el síndrome de jugador de cristal que se ha labrado merecidamente en los tiempos de jugador azulgrana. Es cierto que muy a su pesar.
Cada vez menos gente confía ya en El mosquito. Apenas jugó unos minutos con Hungría en la Eurocopa y se vuelve a romper. Mal asunto.
Otra opción sería , en estas circunstancias, renovar a la baja al futbolista , alargar su contrato , lo cual permitiría ponerle en el mercado incluso en el mercado de invierno y poder sacar más tajada o el verano siguiente, ya con la economía d los clubes mejorada al abrir los estadios y mejorar la situación tras la Pandemia.
Pero es que además a la lesión del francés hay que unir , de momento , y a día de hoy las bajas de Ansu, Coutinho y Ter Stegen prácticamente para el arranque de la temporada. Otro problema añadido para confeccionar la plantilla, corta como quería Ronald Koeman.
Nunca una lesión es oportuna pero en este caso no ha podido llegarle en peor momento a los dos, club y futbolista.