Aunque el abogado Rodrigo García esperaba una pena superior

Satisfacción en la acusación por la credibilidad de los menores en la sentencia que condena a un exsacerdote de Ciudad Real

El abogado Rodrigo García se ha mostrado satisfecho por la vertiente de la credibilidad de los menores en la sentencia de la Audiencia Provincial de Ciudad Real que ha condenado a 22 años y 8 meses de cárcel a un exsacerdote del Seminario acusado de abusar de varios menores de entre 11 y 14 años de edad.

José Luis Juárez | EFE

Ciudad Real | 28.01.2020 14:42

En declaraciones a Onda Cero, García, que ejerce la acusación particular representando a tres de los menores, ha manifestado estar satisfecho con la sentencia porque se ha demostrado que todo lo que contaron los jóvenes durante el juicio ha sido elevado a hechos probados y su credibilidad es absoluta.

Rodrigo García subraya que el Tribunal ha entendido que los hechos narrados por los menores son ciertos.

En cuanto a la pena impuesta, el abogado ha dicho que si bien es importante, y respetando la decisión de la Audiencia Provincial, sin embargo esperaba unas penas sensiblemente superiores.

SENTENCIA DE LA AUDIENCIA DE CIUDAD REAL

La Audiencia Provincial de Ciudad Real ha condenado a 22 años y ocho meses de prisión al exsacerdote acusado de abusar de varios menores de entre 11 y 14 años que estudiaban en el Seminario Diocesano de Ciudad Real.



El ex sacerdote, que el último día del juicio mantuvo ante los medios de comunicación que era "inocente" de los hechos por los que ha sido juzgado, también ha sido condenado a una multa de 68.040 euros y a indemnizar con 2.000 euros a cada uno de los menores, según la sentencia que se ha hecho pública este martes.



Tras el juicio, que se celebró a puerta cerrada el pasado mes de diciembre, la Fiscalía mantuvo la pena de petición de 40 años de cárcel para el ex sacerdote al considerar que ha quedado probada su implicación en los hechos.



Una pena que la acusación ejercida por varios de los menores pidió que fuera superior a los 40 años, mientras que la defensa mantuvo la petición de libre absolución para el sacerdote.



La Audiencia Provincial de Ciudad Real le ha impuesto al sacerdote la medida de libertad vigilada por un tiempo de cinco años a cumplir con posterioridad la pena privativa de libertad y le inhabilita durante seis años para cualquier profesión u oficio, sea o no retribuido, que conlleve contacto regular y directo con menores de edad.



La Sala ha considerado probado que el sacerdote abusó de los menores en numerosas ocasiones, como relata a lo largo de la sentencia, aprovechando su condición de formador que implicaba las propias del tutor, y que le hacían acompañar en el día a día, en lo académico, personal, en su cuidado y vigilancia a los jóvenes.



Como consecuencia de estos hechos, algunos de los alumnos del seminario han sufrido secuelas psíquicas presentando desajustes psicológicos, como sintomatología ansiosa, problemas de pareja o baja autoestima, que están interfiriendo en su adecuado desarrollo socio-psicoevolutivo.



Los hechos en los que se considera que participó el entonces sacerdote tuvieron lugar en algunas ocasiones en las habitaciones de los alumnos y en la piscina, pero en todos los casos tenían como objeto obtener su satisfacción sexual.



La sala sólo ha absuelto a P.J.A. de uno de los cuatro delitos de abuso sexual de prevalimiento que se le imputaba respecto a un menor.