Aún duele y dolerá en los próximos días el ridículo hecho en la eliminatoria de Copa frente al Andratx. José Ángel Ziganda lo sabe. “El varapalo ha sido muy grande para todos y la decepción tremenda. Tendremos que pagar la penitencia”. Eso sí los ojos ya miran únicamente al partido del domingo frente al Alcorcón.
El técnico navarro es de los que suele apaciguar las situaciones más tensas, muy habituales en el Real Oviedo, y por eso quiso mandar un doble mensaje de apoyo a sus jugadores: “Tenemos medios y somos un grupo muy sano, nos equivocamos gravemente, pero sigo confiando en la plantilla”. Su apuesta por los jugadores con menos minutos no salió bien, pero él no señala a nadie. “Para nada estoy decepcionado con algún futbolista, faltaría más. El máximo responsable de esto es el entrenador”.
Si se puede rescatara algo positivo del partido del miércoles en tierras baleares fue el estreno con el primer equipo del canterano Yayo: “Es un jugador con mucho futuro, como varios de su generación. Luego ya veremos si van hacia adelante o no porque dependerá de todo lo que sean capaces de aprender, no de lo que tienen hoy. Yayo tiene pinta de jugador que va a tener partidos en el Carlos Tartiere”.
Ahora, toca mirar al futuro y Ziganda quiere hacerlo con optimismo: “El palo es grande y todavía dura, pero nuestra obligación como profesionales es darle la vuelta y demostrar el domingo que somos un equipo serio y digno de esta Segunda División. Clasificatoriamente hablando, el equipo puede aspirar a todo, a unos objetivos que nos gustaría marcarlos y por qué no hablamos de ello. Estamos en disposición”.
