Flotaba en el ambiente el recuerdo del partido de la primera vuelta en Ipurúa. En aquella ocasión, el Real Oviedo mereció el triunfo, pero se fue derrotado in extremis. El Eibar volvió a dejar a los azules con la miel en los labios. Fueron muy superiores los de José Ángel Ziganda, dispusieron de ocasiones más que suficientes para sentenciar, se adelantaron con un gol de David costas, pero vieron como un misil de Tejero encontró la escuadra de Femenías y daba un empate que no puede ocultar todos los méritos de los oviedistas.
Desde el inicio quedó claro que el Oviedo tenía ayer hambre y ambición. Comandados por Brugman y Jimmy dominaron el centro del campo y empezaron a rondar a Yoel. Sangalli, Viti y Carlos Isaac probaron suerte desde lejos. En una llegada el balón acabó en saque de esquina y Cornud puso un balón al segundo palo que David Costas cabeceó al fondo de la red.
No paró de atacar el Oviedo que tuvo buenas opciones para el 2-0 con remates de Brugman, Carlos Isaac y Dani Calvo, pero Yoel brilló para sostener vivo a su equipo.
Tras el descanso, el Eibar estaba obligado a dar un paso al frente y lo hizo. El triple cambio de Garitano y la entrada de Fernando Llorente obligó a retroceder al Oviedo, que empezó a fiarlo todo a las contras y dispuso de alguna mal gestionada para matar el encuentro.
Tampoco había un sufrimiento extremo en defensa, los alones colgados a la cabeza de Llorente eran bien gestionados por la zaga, hasta que un balón rechazado cayó en las botas de Tejero más allá de la frontal del área y su disparo encontró la escuadra de Femenías.
La igualada final no aplacó la satisfacción de la grada que despidió con una gran ovación a los suyos reconociéndoles el mérito de superar a un rival como el Éibar.