El concepto viene de los años 30 y coincide con un periodo de tiempo en el que la ciudadanía suele estar más pendiente de lo que hace un gobierno. En un caso como el nuestro, que incluye un cambio en el poder, es importante responder a las expectaciones generadas. Por eso se multiplica la actividad y la comunicación para demostrar músculo y fortaleza. Aunque el gobierno local esté conformado por tres partidos, la atención se centra en Foro y en Carmen Moriyón.
La oposición también cuenta en estos 100 días. Por un lado se considera que durante ese tiempo se le da una especie de periodo de gracia a los nuevos dirigentes, pero por otro los partidos que no gobiernan también marcan una pauta en ese tiempo.
Los 100 días vienen a ser, nos cuenta Ángel Alonso, una especie de "termómetro del poder".
