El nuevo Papa, León XIV, mantiene una estrecha relación con varios representantes de la Iglesia en Aragón, con quienes ha coincidido estos últimos años en el Dicasterio de los Obispos.
Entre ellos figura el cardenal turolense Juan José Omella, arzobispo de Barcelona; el obispo emérito Jesús Moliné, natural de la Puebla de Alfindén, que fue quien lo sustituyó en la diócesis peruana de Chiclayo; el anterior obispo de Tarazona, Eusebio Fernández; Fernando Arregui capellán del Real Zaragoza y José Antonio Satué, obispo de Teruel y Albarracín.
Satué ha destacado que desde que ingresó en el Dicasterio hace casi dos años ha trabajado codo con codo con Prevost, asegurando que "es una delicia trabajar con él porque siempre escucha las propuestas que le hacemos".
León XIV pertenece a la orden de San Agustín, cuyas representantes en la provincia de Teruel son las monjas contemplativas de Rubielos de Mora. De esta advocación también procedían otros obispos turolenses como Anselmo Polanco.
El Jefe de comunicación de la Iglesia en Aragón, David López, ha explicado en una entrevista a Onda Cero que "aunque no figuraba en las primeras quinielas, el nuevo Papa es una persona mucho más conocida de lo que parecía en un principio, siempre se ha hablado de su gran capacidad para tender puentes, de su postura beligerante con iglesia americana y su cercanía a Francisco".