Los británicos han desbancado a los marroquíes de la primera posición de la tabla en el transcurso de los 21 meses que han pasado desde que el COVID-19 llegara a nuestras vidas. De los 4.184 empadronados entonces se ha pasado a los 5.600 de ahora. Las otras tres nacionalidades más numerosas siguen siendo, por este orden, la rusa, la ucraniana y la italiana. Todas ellas y el conjunto en general, están ahora más presentes que entonces, en opinión de la delegada municipal del área, Remedios Bocanegra, debido a dos circunstancias. La primera, la necesidad de estar registrado en el Servicio Andaluz de Salud para poder vacunarse, porque para eso necesitan primero estar inscritos en el padrón municipal. La otra causa está en el teletrabajo y lo que la concejala llama “buenas condiciones de vida de la ciudad”.
Son 147 las nacionalidades registradas en el padrón marbellí, en el que aparecen nuevos países presentes como Bahrein, Benin, Birmania, Dominica y Mozambique; y otros que regresan como Jamaica.
Recuperación del tráfico aéreo
La recuperación del tráfico aéreo que existía antes de la pandemia es clave para que el sector turístico de la Costa del Sol pueda resurgir. De hecho se estima que aún queda un 70 por ciento de vuelos por recuperar. Pero lo peor es que el aumento de los casos COVID-19 en Europa está provocando que los países de nuestro entorno pongan más trabas para la entrada y salida de visitantes, lo que se traduce en cancelaciones de reservas hoteleras y alojamientos turísticos. Desde la Asociación de Viviendas Turísticas de Andalucía, su presidente, Carlos Pérez-Lanzac, asegura que los últimos estudios dibujan un panorama nada halagüeño.
Los empresarios del sector hotelero señalan también que no volveremos a los niveles de 2019 hasta que no vuelva la normalidad al espacio aéreo.
