NO PARECE TAN DIFÍCIL. Las tortugas y el Guadalpín
Fue una de esas maravillas de la naturaleza que le alegran a uno el día. Y más al ocurrir justo al lado de dónde poco antes había tenido lugar una desagradable escena.
Con una diferencia de dos o tres jornadas, allá donde las terrazas y cocinas de un lujoso hotel de Marbella cerraban por orden judicial, una tortuga boba ponía y enterraba en la arena 69 huevos, en lo que era algo más que excepcional.
Así comenzaba el primero de los dos meses fuertes del verano. Ahora, cuando está a punto de terminar el segundo, la vida ha seguido su curso, que se dice, y casi la mitad se han convertido en pequeños galápagos. Se espera además que la otra treintena haga lo propio hoy mismo, si no lo ha hecho esta noche.
Para cerrar el círculo, ser felices y comer perdices, ahora falta que lo del hotel se solucione. O se medio arregle con ese ERTE que ya les contamos hace una semana.
