Pueden ir a la piscina de Marbella; buscar alguna otra que no sea de Supera en localidades vecinas como por ejemplo Fuengirola; usar la de su urbanización si la hubiera o la de donde viva un conocido a riesgo de pasar todavía en estas fechas un poco de frío; y les damos incluso una cuarta opción como comprarse un buen traje de neopreno con el que también solucionarían lo de la temperatura del agua que decíamos, e irse a la playa. Bueno, hay una quinta: esperar por lo menos dos meses -serán más a buen seguro como ocurre siempre- mientras se soluciona el problema de la instalación de San Pedro Alcántara, que también tiene la de Estepona, como saben.
Lo reconoció ayer -lo del tiempo que va a pasar como mínimo- la alcaldesa a preguntas por la cuestión después de que hace una semana, el primer teniente de alcalde de San Pedro dijera que el Ayuntamiento le había dado un plazo que no debería exceder de una semana a la empresa para que restableciera el servicio cancelado; o sea, para que volviera a abrir la piscina.
Pero he aquí un punto en el contrato de la concesión que parece apuntar la opción de que llegada una situación como la actual, el Ayuntamiento asuma la diferencia entre lo que la concesionaria pagaba por -en este caso- la luz y el gas, y lo que paga ahora.
Que no repercuta en los usuarios, defendía Muñoz. Si no lo hace directamente, lo hará de manera indirecta si finalmente es el Ayuntamiento el que asume el coste. Aunque ciertamente para el día a día, lo mismo, lo mismo, no es. Y hoy es el Día Mundial del Agua.