Se repite este FITUR en Madrid una paradoja. Marbella recibe un premio por la calidad de lo que posiblemente si se preguntara a vecinos y también turistas por lo que más valoran de la ciudad, aparecería en último lugar: las playas, sobre todo, las de los dos centros urbanos del municipio.
Pero ahí están de nuevo los reconocimientos, de los que presumía, no es para menos, la alcaldesa ayer en la jornada inaugural de la Feria Internacional de Turismo. “Imaginen los galardones que tendríamos con los espigones hechos” se interpretaba de lo que decía.
Porque a pesar del estado de la arena, la calidad del litoral depende de muchas más cosas, que son, deben ser, las que premia el organismo que otorga, una vez más, los distintivos.
No importarían por otra parte tanto las playas para conseguir uno de los objetivos que se ha marcado Marbella para 2024 que es la desestacionalización. Pero de continuar así la meteorología, darse un baño no va a ser cosa sólo de la primavera o el verano. Estamos en enero y algún día hasta dan ganas de darse un chapuzón.
No parece tan difícil.
