Van avanzando las semanas, aumentan los decretos de sequía y se conocen más medidas con las que intentar no quedarnos sin agua. Y vamos sabiendo cada vez más detalles que evidencian lo complicado que es todo en conjunto. Porque a la gravedad de la falta de líquido elemento, se suma, por un lado, lo difícil que es implementar las soluciones, y por otro lo extraño que resultan algunas cosas.
¿Cuáles son esas rarezas? Pues que ahora, con la nueva orden de la Junta, uno de los objetivos es que la desaladora “recupere” -importante el verbo- la capacidad para la que estaba concebida. La pregunta es obvia.
Luego está la dificultad de llevar a la práctica lo del famoso ahorro del 20%, porque hay muchas diferencias entre unos municipios y otros, no se puede limitar el agua para riego en muchas casas y queda todo en manos de la concienciación de cada uno y todo se refiere a una población que realmente no es la que hay.
No parece tan difícil.
