en bici al trabajo

Las primeras veces que pedaleas por las calles de una ciudad te asaltan muchísimas dudas. Muchísimas. De verdad.

“No puedo llegar al trabajo sudado”. Pues yo tampoco, por eso voy despacio, disfrutando del camino. Si no sudas caminando, no tienes por qué sudar yendo en bici. De todas formas, sudar no es malo. Todos sudamos algo, por poco que sea, a lo largo del día. Sólo se convierte en un problema si tiene mal olor, y para eso, hay una solución tan obvia como definitiva: La higiene. Si mantenemos unas costumbres diarias de higiene básica (léase ducha) es altamente probable que nuestro sudor, si es que aparece, no huela mal.

Este año me he portado muy bien pero no os voy a pedir nada para mi. Quiero que le traigáis una bicicleta al Director General de mi empresa, y al Presidente, y a los del Departamento de Recursos Humanos. Y con la bicicleta, unas alforjas llenas de ganas de pedalear.