ESTRENO

‘La llorona’, entre el mito y la realidad, cuenta los episodios más oscuros de Guatemala

Después de conquistar varios festivales internacionales, el último largometraje de Jayro Bustamante llega a los cines de nuestro país este 13 de noviembre | Más cines y series, en Kinótico

Ana García Abad | David Martos

Madrid |

“A mi no me da vergüenza venir a contarles lo que viví, espero que a ustedes no les dé vergüenza hacer justicia”. Es una frase que escuchamos en los primeros minutos de ‘La llorona’ y que pronuncia una mujer indígena que testifica en un juicio, en el que narra las atrocidades que sufrió por parte del ejército guatemalteco. Sus palabras resumen el trasfondo de la última película de Jayro Bustamante [Guatemala, 1977], en la que se aborda el genocidio que ocurrió durante la guerra civil de Guatemala en la década de 1980. La cinta se estrenó en el Festival de Venecia 2019 y después ha recorrido multitud de festivales internacionales.

‘La llorona’ recupera un mito hispanoamericano que cuenta que una mujer ahogó a sus hijos y que después, arrepentida, los buscaba por las noches mientras lloraba. Jayro Bustamante utiliza este mito y lo aplica al conflicto armado guatemalteco. La película parte de Alma, una mujer a la que capturó el ejército. Delante de ella ahogaron a sus dos hijos pequeños y amenazaron con matarla si se ponía a llorar. Al no aguantar las lágrimas, fue asesinada. Ahora han pasado varias décadas y se están juzgando tanto esos crímenes del pasado como a los oficiales que los cometieron. Uno de ellos es el general Enrique Monteverde, que estuvo al mando del ejército y al que acaban sentenciando como culpable de genocidio. El juicio finalmente se declara nulo, Enrique es absuelto, pero sobre él cae una condena mayor: a menudo escucha el llanto de una mujer. El espíritu de ‘La llorona’ está en el mundo de los vivos y quiere venganza.

Jayro Bustamante habló con Kinótico en el Festival de Venecia del año pasado, y nos contó lo importante que era para él recuperar este episodio negro que forma parte de la historia de su país: “Guatemala está tratando de no tratar con su pasado. El país quiere esconder todo lo que pasó, está metiéndolo todo debajo de la alfombra. Lo que pasa es que luego caminas sobre esa alfombra y está lleno de cadáveres”, apuntaba el director, añadiendo que “hay muchos escritores y documentalistas que han trabajado sobre el tema, y la gente al parecer no quiere seguir oyendo eso. Se quiere pensar que la manera de afrontar la vida es afrontarla con estos nuevos movimientos que hablan de ser positivo. Pero con ser positivo no se llega muy lejos, hay que saber lo que está mal. Hay que tener una tierra sana, firme, una tierra que te de confianza”.