"Quien tiene la suerte de atesorar una relación de complicidad con un abuelo o una abuela, tanto si sigue en este mundo como si no, sabe que esa conexión es realmente especial. La que se desarrolla en la pantalla durante ‘Armageddon Time’, la película que el norteamericano James Gray ha presentado a concurso en el 75 Festival de Cannes, también se puede calificar así. Ese abuelo es Anthony Hopkins, en un papel tierno y divertido que no abunda mucho en su filmografía; el nieto es el jovencísimo Banks Repeta, un niño que está a punto de entrar en su adolescencia… un periodo que coincidirá con la América de Ronald Reagan, al filo de los años 80. Ese niño es el propio Gray, que reflexiona en la película sobre su infancia.
"Quise contar esta historia porque ya no tengo 29 años, soy viejo, y cuando eres viejo miras atrás. Les contaba a mis hijos historias de mi infancia, quisieron que volviéramos juntos al lugar donde crecí… y no había casi rastros de que mi familia vivió allí, parecía una historia de fantasmas deseando ser contada”, decía el director en rueda de prensa, “y ahí empezó todo”. Lo que también empezó en 1980 fue “la idea de que el mercado es Dios”, apuntaba Gray, “y la desigualdad, y para el cine fue el final de la era del New Hollywood, y siento la obligación de continuar ese tipo de cine”. Uno de los protagonistas de la película, Jeremy Strong, ha querido dibujar una línea entre esta película y su serie ‘Succession’, que retrata “el capitalismo en estado de decadencia terminal”.
Strong y Anne Hathaway son las figuras centrales de la familia en la que -volvemos al principio- se produce esa relación abuelo-nieto que resulta mágica e inabarcable. Con Banks Repeta interpretando al propio cineasta… y Jailyn Webb dando vida a su mejor amigo del colegio, un colegio público de Queens al que acuden alumnos blancos y negros. El personaje de Webb es negro, y tanto él como Repeta son etiquetados como problemáticos por un profesor frustrado. Eso desata una crisis familiar que conducirá a un cambio de escuela para el joven Paul Graff. Pero también a una reflexión familiar sobre el racismo, la igualdad de oportunidades y la educación pública, siempre liderada por el abuelo Aaron.
Gray ha revelado en rueda de prensa que escribió el guión antes del asesinato de George Floyd, y ha dicho que cree que “el privilegio blanco” es el principio que guía a Estados Unidos. “¡Creo que estamos en serios problemas! Hay un grupo de autoritarios que intentan hacerse con el planeta. ¡No ha ocurrido por accidente! Fui a la Unión Soviética en 1984 y estaba completamente rota, pero al menos había una alternativa. Hoy solo es el mercado, el mercado es Dios. ¿Dónde nos lleva eso?¿Qué ha pasado? ¿Dónde está la crítica del propio capitalismo que nos ha llevado a un sistema de una desigualdad horrorosa? Y es el trabajo de los artistas mostrar lo que está mal”, explicaba el director, “porque nadie más lo va a hacer”.
La madre de la película -Anne Hathaway-, asustada por la victoria de Reagan en las elecciones presidenciales de 1980, dice que la guerra nuclear está cerca: es el ‘Armageddon Time’ del título. Ella y el abuelo de Hopkins son la argamasa de una familia que se mantiene unida… en esa fina línea que separa un cierto progresismo neoyorquino con las obsesiones que se avecinan en la década incipiente: la lucha por el éxito a toda costa, el supremacismo blanco. Mención aparte merece la aparición en la trama de la familia Trump, que conecta aquel pasado con nuestro presente. “No creo que como cineasta sea mi trabajo aportar una respuesta al mundo, eso lo haría Goebells. Estamos aquí para hacer preguntas, esa es mi filosofía”, añadía Gray.