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Recorre Tarragona, el Delta del Ebro, el Montsant y Lleida por carreteras secundarias

'El Grand Tour de Cataluña' es una propuesta de itinerarios para recorrer Cataluña a tu aire. Un territorio pequeño para viajar pero enorme para descubrir. En este episodio, Carles Lamelo, director de Gente viajera, nos acompaña en este viaje sonoro por el tramo número dos, entre Tarragona y Lleida.

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Catalunya | 12.09.2023 08:03

Este es un tramo con un fuerte componente histórico, las raíces de Tarraco, que pueden descubrirse recorriendo sus vestigios arqueológicos o participando en sus recreaciones históricas. Rumbo al sur, llegaremos a un paraíso por descubrir, el del delta del río Ebro, una desembocadura que llena de vida los campos de arroz y que enriquece un ecosistema trufado de biodiversidad.

Esta etapa nos va a permitir hacer un alto en nuestro recorrido en coche por carreteras secundarias para subirnos a lomos de una bicicleta y transitar un antiguo trazado de ferrocarril reconvertido en Vía Verde. Haremos un pícnic entre viñedos en el Priorat, buscaremos la inspiración de genios como Picasso o Gaudí o de quienes proyectaron los espacios monumentales de la Ruta del Císter, antes de llegar a Lleida, la capital de la conocida como Terra Ferma. Un tramo de 418 kilómetros que se pueden recorrer en siete etapas, para vivir unas vacaciones en Catalunya.

Viajamos a la Tarragona romana

Vemos la salida del sol en Tarragona, ciudad Patrimonio de la Humanidad, con un imponente mirador conocido como el Balcón del Mediterráneo. La tradición de los Castellers se hace presente en la ciudad y podemos aprovechar la temporada castellera, que se alarga en los últimos seis meses del año, para disfrutar de esta manifestación cultural de enorme arraigo. A las afueras de la ciudad está la cantera del Mèdol, de donde los romanos extrajeron la piedra con la que fueron levantando construcciones como el circo, el pretorio y las murallas que hoy visitamos, en un auténtico viaje por la historia.

Reus, la inspiración de Gaudí

Nos desplazamos hasta la cercana ciudad de Reus, lugar de nacimiento del arquitecto Antoni Gaudí, para llegar puntuales a la tradicional hora del vermut. Esta ciudad catalana fue, junto a París y Londres las tres urbes que antaño regulaban el precio del aguardiente. Esta bebida macerada es un emblema de Reus, como sus avellanas, con Denominación de Origen Protegida. El patrimonio más significativo se puede conocer siguiendo la Ruta del Modernismo, que recorre 26 importantes edificios, como la Casa Navàs, la Casa Rull, la Casa Gasull y el Instituto Pere Mata, obras de Lluís Domènech i Montaner. También merece una visita la Casa Anguera, de Pere Caselles.

El privilegiado clima de este litoral tan diverso, con playas que van desde las de fina arena hasta hermosos roquedales con el agua turquesa, invita a pasar la tarde navegando en el catamarán que sale desde la estación náutica de Cambrils. Desde el mar vemos el perfil de Salou, un destino con excelentes playas, y las vertiginosas montañas rusas de PortAventura World, uno de los imanes turísticos de la zona.

Como Cambrils está considerada la capital gastronómica de la Costa Daurada, no podemos irnos sin probar el delicioso suquet de romesco, uno de los pilares de la cocina marinera.

Experiencias entre atunes y abejas

Siguiendo nuestro recorrido marinero, hacemos una parada en l’Ametlla de Mar, una localidad incluida en la lista de Barrios y Villas Marineras. Muy cerca, podremos nadar entre atunes, enfundados en un traje de neopreno. Una experiencia única que tiene un final colosal: una degustación gastronómica.

Otra opción para recorrer esta zona es seguir el Camino de Ronda siguiendo las señales blancas y rojas del GR-92. Caminando o en coche, llegamos a El Perelló, donde podemos vivir otra curiosa experiencia: vestirnos de apicultores para rodearnos de abejas que trabajan procelosamente en sus colmenas. De su esfuerzo, obtenemos la miel, ingrediente principal de los talleres de repostería que organizan en esta zona de Catalunya.

Otro de los productos estrella de esta zona sur de la provincia de Tarragona es el arroz del Delta del Ebro y las ostras. Para saborearlas, nada mejor que llegar a L’Ampolla, subirnos a una embarcación y recorrer la bahía del Fangar, para degustar mejillones y ostras. Para dormir, un alojamiento singular: pasar la noche en una una antigua barraca, la casa tradicional de los arrozales, totalmente reacondicionada.

La mejillonera habilitada para hacer catas de mejillones y ostras, Mirador Badia, en el delta del Ebro.
La mejillonera habilitada para hacer catas de mejillones y ostras, Mirador Badia, en el delta del Ebro. | ACT - Agència Catalana de Turisme

Observación de aves en el Delta del Ebro

Con la ayuda de unos prismáticos y un telescopio observamos las aves que descansan en el Delta. Especies como el aguilucho lagunero, el morito, el somormujo o el zampullín sobrevuelan los humedales, donde viven los flamencos, siempre dispuestos a posar para que les tomemos una foto. Otra variante nos llevaría a visitar los olivos milenarios entre Ulldecona y La Sénia.

Recorrido por carreteras secundarias

Una de las ciudades importantes de esta zona es Tortosa, conocida por su imponente Parador y sus tradicionales pastelillos de cabello de ángel. De vuelta a la carretera, pasamos por Horta de Sant Joan, un lugar que enamoró a Picasso. De allí parte la vía verde de la Val de Zafán, un itinerario cicloturista, con muy poco desnivel, que permite llegar hasta La Ràpita, donde podremos apuntarnos a las más sugerentes actividades náuticas.

Nuestro recorrido sigue la carretera que conecta las dos grandes Catedrales del Vino que visitamos en Terres de l’Ebre: las bodegas modernistas de Gandesa y Pinell de Brai. La belleza del paisaje no nos hace olvidar que esas montañas fueron el escenario de la batalla más conocida de la Guerra Civil, la batalla del Ebro. Para profundizar un poco más en el tema podemos visitar el centro de interpretación dedicado a la Batalla del Ebro en Corbera d’Ebre que está abierto durante todo el año.

Viñedos en bancales de ladera en la Vilella Baixa.
Viñedos en bancales de ladera en la Vilella Baixa. | Maria Rosa Ferré

Picnic entre viñedos

Hemos entrado en la comarca del Priorat, tierra de los vinos de las Denominaciones Montsant y Priorat. La primera luz del día tiñe de tonos rojizos la cresta de ese macizo de conglomerado. En el Priorat se pueden hacer muchas actividades para descubrir el apasionante mundo del vino y su cultura, nosotros decidimos empezar por la parte histórica y paramos en la cooperativa de Falset-Marçà, otra de las bodegas de arquitectura modernista junto a las visitadas el día anterior. Desde Falset iniciamos un recorrido por una de las carreteras más espectaculares de las comarcas de la Costa Daurada, con vistas al viñedo del Priorat dispuesto en terrazas y a los pueblos de Gratallops, La Vilella Alta o La Vilella Baixa, entre otros. Quedan pendientes para otro viaje algunos pueblos que por sí solos merecen una visita y que hacen necesario un pequeño desvío de la ruta, como Porrera, Torroja del Priorat o Cabacés.

Al pie del Montsant, antes de llegar a Poboleda, otro de los hermosos pueblos del Priorat, nos encontramos con Escaladei. La primera cartuja de la península, responsable del nombre de la comarca del Priorat, nos habla del pasado monacal y eremita del actual Parque Natural del Montsant, una sierra cargada de gran simbolismo y muy apreciada por escaladores de todo el mundo.

La ruta continúa hacia Montblanc pasando por Prades, otro Pueblo con Encanto. La localidad, rodeada de un entorno natural de gran valor, es también conocida como la Villa Roja por el característico color de la piedra de muchas de sus edificaciones. Tomando un pequeño desvío, apenas siete kilómetros desde Prades, podemos visitar Capafonts, donde podemos apuntarnos a un taller de pastoreo o aprender a elaborar su queso.

Desayuna como manda la tradición

Pa amb tomàquet y aceite de oliva virgen extra, butifarra blanca y negra, longaniza seca, queso, aceitunas, frutos secos y un poco de vino, forman una apuesta segura para empezar bien la jornada. Es lo que hemos desayunado en Montblanc, la localidad amurallada donde cada año, en abril se representa la Leyenda de Sant Jordi dentro del programa de actos de la Semana Medieval.

Conoce la Ruta del Císter

Uno de los tramos de la Ruta del Císter, itinerario que une los monasterios de Santes Creus, Poblet y Vallbona de les Monges, lleva de Montblanc a Poblet. Como son apenas diez kilómetros, decidimos hacerlos caminando para disfrutar del paisaje de las Montañas de Prades. Al llegar al monasterio cisterciense de Poblet, declarado Patrimonio de la Humanidad, uno de los monjes nos cuenta que al paisaje, además del silencio, le sienta estupendamente el otoño, cuando la tierra da las mejores patatas, castañas y setas.

Ecoturismo responsable

Continuamos hasta L’Espluga de Francolí para visitar el Museo de la Vida Rural, donde entramos en contacto con los valores y el esfuerzo de la gente del campo. El recorrido cisterciense nos lleva a Vallbona de les Monges, donde todavía viven algunas religiosas. En el estanque de Ivars i Vila-sana hemos reservado una de las actividades especiales que ofrecen, la del anillamiento de especies. Recorriendo el perímetro del acuífero, en un paseo de poco más de dos kilómetros y medio kilómetros, vemos cómo se ha recuperado un espacio que llegó a desecarse y hoy resulta de vital importancia para las aves. Llegamos a Lleida cuando empieza a caer la tarde, justo a tiempo para acceder a la visita del conjunto monumental de la Seu Vella y Castillo del Rey.

Nave central de La Seu Vella, edificio de estilos románico y gótico que se construyó entre los años 1203 y 1286, cuando se cubrieron las naves, aunque la obra no finalizó hasta el siglo XV. Se consagró el 31 de octubre de 1278.
Nave central de La Seu Vella, edificio de estilos románico y gótico que se construyó entre los años 1203 y 1286, cuando se cubrieron las naves, aunque la obra no finalizó hasta el siglo XV. Se consagró el 31 de octubre de 1278. | Imagen M.A.S.

Nuestro recorrido acaba en una buena mesa, donde saboreamos los famosos caracoles de Lleida, asados "a la llauna", sobre una plancha metálica con asas dispuesta directamente sobre las brasas.

Esta es sólo una de las diferentes rutas que conforman ‘El Grand Tour de Cataluña’. Puedes descargarte toda la información, mapas, y fotografías en este enlace.