La extraordinaria realidad que se vive en El Salvador ha provocado el continuo incumplimiento de los derechos humanos a muy diferentes niveles. El intento del gobierno del país por reducir los efectos de la violencia practicada por las maras tiene como consecuencia una indefinida declaración de Régimen de Excepción que concede una total autoridad a estamentos como la Policía y Ejército en detrimento de las garantías de un Estado democrático. Esto conlleva a detenciones arbitrarias, cárceles masificadas y la carencia absoluta de defensa jurídica, entre otras problemáticas.
Organizaciones como Amnistía Internacional vienen denunciando en los últimos años la progresiva degradación los derechos humanos en El Salvador, con encarcelamientos indiscriminados, torturas y personas desaparecidas tras su detención. Una situación que se agrava con una importante crisis humanitaria ante el hacinamiento extremo en el interior de las cárceles del paísUn contexto que también está perjudicando, sin precedentes, a las activistas de derechos humanos al haber sido declaradas como enemigas y destructoras de un nuevo Estado. Desde el mismo instante en el que fue declarado el Régimen de Excepción, los ataques y asedios se han convertido en una constante de la que se desconoce su fin.
Paralelamente, numerosas activistas se han visto en la obligación de abandonar el país y solicitar asilo a otros estados, tal y como ya sucede en otros lugares de Centroamérica como Nicaragua.
Gracias a la coordinadora galega de ONGDs su historia, como la de otras muchas mujeres comprometidas con la justicia social, se ha dado a conocer por diferentes puntos de España y Europa.
(Escucha la entrevista íntegra con Roxanna Cubías es defensora de Derechos Humanos y Feminista en El Salvador).