Accelerate Innovation by Fujifilm

Las visitas veterinarias han crecido a raíz de la pandemia debido al incremento de adopciones y a un aumento en la preocupación de los dueños por las mascotas

Miguel Ángel Casado, licenciado en Veterinaria y responsable de plataforma del Grupo Unavets, indica que los cierres del sector causados por la COVID han afectado de manera muy desigual a las clínicas, en función de su tamaño.

ondacero.es

Madrid | 13.05.2021 09:00

La pandemia de la COVID-19 supuso en los primeros momentos de la implantación del Estado de Alarma en España el cierre prácticamente total de los servicios veterinarios, a excepción de los de urgencia o los que ofrecían atención 24 horas. No obstante, al tratarse de un servicio esencial, por ser considerados como colaboradores de Salud Pública, puesto que la veterinaria es una profesión sanitaria, los centros, en la medida de sus posibilidades, recuperaron la actividad progresivamente, pasadas las dos primeras semanas.

Tal como indica Miguel Ángel Casado, licenciado en Veterinaria y responsable de plataforma del Grupo Unavets, que dispone de clínicas y hospitales veterinarios en España y Portugal, los cierres, no obstante, “fueron muy desiguales en los servicios veterinarios, puesto que los de mayor tamaño y con más trabajadores tuvieron la capacidad de organizar turnos alternos, que garantizasen la atención necesaria a los propietarios de animales y la seguridad de los empleados, pudiendo aislar a una parte de la plantilla en caso de detectar un caso positivo de COVID. Mientras que los más pequeños en algunos casos siguieron cerrados al no tener estas posibilidades”, o tuvieron que adaptar sus rutinas, ofreciendo por ejemplo atención telefónica o por videoconferencia.

La agencia CM Research, en colaboración con la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales, ha realizado un estudio en el que ha entrevistado a 5.000 profesionales procedentes de 91 países, entre ellos España, con el objetivo de conocer el nivel de afectación de los servicios veterinarios durante 2020 a causa de la pandemia. Según ha revelado el estudio, un 88% de los profesionales han afirmado haber sufrido retrasos en la entrega de productos o haber sufrido ruptura de stock. En el caso de España, la escasez de materiales se ha situado en torno a un 59%. Además, la pandemia ha hecho reducir de manera global y comparando con el año anterior en un 51% los chequeos rutinarios, en un 42% las esterilizaciones y en un 41% las vacunaciones.

El mismo estudio recoge que si bien en un inicio se registró una caída de hasta el 50% en las visitas, en la actualidad un 37% de las clínicas veterinarias considera que tiene un número de clientes superior al registrado antes de la pandemia, mientras que aproximadamente la mitad consideran que se ha mantenido.

En este sentido, Miguel Ángel Casado atribuye estas buenas cifras a dos hechos esenciales: “la crispación general en el tema sanitario ha hecho que, en muchos casos, al final se humaniza mucho al animal, y se tienda también a un mayor cuidado de éstos, con lo cual han aumentado las visitas rutinarias por temas de controles de salud. Por otro lado, también ha aumentado mucho el número de adopciones y de compra de cachorros y gatos”. Tanto es así, que, como asegura Casado, “muchas protectoras se han quedado sin perros y en muchos criadores hay listas de espera”. Tan solo a modo de ejemplo, se puede citar el caso de la Comunidad Valenciana, donde comparado con datos de años anteriores, se ha registrado un incremento superior al 37% en las adopciones, mientras que en Madrid ha sido del 40%.

Por otra parte, la ruptura en las rutinas causada por el confinamiento, ha desembocado en patologías asociadas al sedentarismo y aumento de peso en algunas mascotas; o bien en trastornos de conducta, tales como la ansiedad por separación, que también precisan ser tratadas por especialistas, incrementando así el número de visitas a los centros veterinarios.