"Isco seducirá al madridismo; es un jugador con mucha clase y talento", dijo Florentino Pérez el día que el club blanco presentó al futbolista malagueño. Ninguna palabra podría definir mejor el juego de Isco, que dinamitó el Mark Clattenburg de Turquía.
Más aún tras el arranque de un Madrid que volvía a tener bajo palos a Iker Casillas, a Arbeloa en el lateral izquierdo, a Di María en la banda derecha en detrimento de Gareth Bale, y a un Benzema muy perdido en punta.
El capitán duraría poco en su nueva titularidad, 14 minutos concretamente. En una acción totalmente aislada, en un balón procedente de la banda por parte del Galatasaray que atrapaba sin problemas Casillas, Sergio Ramos iniciaba una carrera que finalizaría con un choque entre los dos madridistas.
En aquella ocasión, en Mestalla, fue Arbeloa el que accidentalmente dio una patada a la mano de Iker, y en Turquía fue Ramos. El central impactó contra un Casillas que se fue sustituido de nuevo por Diego López, esta vez por lesión y tras haber realizado una parada de mérito en el minuto dos. Muy mala suerte para el capitán.
Esa parada ante Felipe Melo que dejó Casillas fue el precedente de una mala primera mitad del Madrid, hasta el gol. El Galatasaray encerró a un Madrid sin ideas, sin la asociación que desea Ancelotti y sin una salida de balón clara por parte de Khedira o Modric. Solo se veía correr a los turcos, que hicieron gala de una presión más que efectiva al Madrid.
En estas, un buen Galatasaray se seguía acercando a la meta madridista. Diego López volvió a salvar al Madrid con una gran parada, otra vez a Felipe Melo.
Y apareció Isco
Sin ideas, Isco fue el único atrevido, el único valiente hacia lo desconocido ante el ambientazo en el Mark Clattenburg, que no paró de animar a los suyos y de gritar cada balón madridista.
No es la primera vez que lo hace. En Málaga lo saben, en Valencia siguen tirándose de los pelos por dejarle ir y en el Madrid vive sus días explosivos. Cada vez que el malagueño tocaba el balón y oteaba el horizonte, algo malo se cernía sobre el Galatasaray.
Es curioso que en el gol, Di María fuera el que disipara el complicado horizonte turco. El argentino puso un gran balón en largo e Isco controló de manera impecable, con dificultad extra al tener que zafarse del defensor. Pero no le importó. El malagueño vio el balón venir, no lo dejó escapar, y con un control perfecto se orientó la bola para un disparo ajustado a la meta de Muslera.
El balón tocó el palo derecho y se metió en la portería, para delirio de sus compañeros y silencio de los aficionados turcos. Isco no solo fue el encargado de poner el primer gol en la cuenta madridista, sino que animó a un mal Madrid que todavía pensaba en la lesión de Casillas y en un posible penalti a Cristiano en el 19'.
El Madrid se recompuso y tuvo el dominio a raíz del gol. El bajón del Galatasaray se hizo aún más palpable tras la nueva lesión de Drogba, al que se le salió el hombro después de un choque desafortunado con Pepe. Así, la primera mitad terminó con un robo de Isco que casi aprovecha Cristiano.
Una segunda mitad balsámica para el Madrid
La segunda mitad desarboló al Galatasaray y dio las riendas al Madrid, que volvió a convivir con los contragolpes peligrosos. Di María y Cristiano estuvieron a punto de dar más ventaja en el marcador en el 46', pero fueron Benzema y Cristiano Ronaldo los que aprovecharon el desastre turco de los segundos 45 minutos.
Primero, el francés con el 0-2, que recibió un último pase de un magnífico Di María, corrió hacia Muslera y batió al meta sin problemas en el 54'. Y después, el portugués, que firmó su gol número 53 en Liga de Campeones gracias a un triplete que vino enviado desde la banda derecha y desde sus propias botas.
Una banda derecha que volvió a ocupar Gareth Bale. El galés había comenzado en el banquillo pero no se quiso perder el baño del Madrid y salió por Isco en el 61'. Falló alguna ocasión clara, pero estuvo muy activo en la derecha. Además, Ancelotti quiso dar entrada a Illarramendi en el 71' por Modric.
De nuevo Benzema marcó y solo Bulut dejó el gol de la honra por parte del Galatasaray. Cristiano Ronaldo se encargó de dar la puntilla a los turcos con un auténtico golazo. El portugués se fue hasta de tres defensores y alojó la bola en la escuadra de Muslera con la izquierda. A los de Terim no les apetecía ni mirar el
El Galatasaray siguió a expensas del Madrid, que dejó muy buenas sensaciones en Estambul. En esta ocasión la primera mitad fue la mala, pero cuando el equipo se asocia y corre es cuando gusta pensar en la Décima. Y sobre todo con Isco y con Cristiano. La magia de uno y la solvencia y los goles del otro pueden hacer que el club blanco llegue lejos en Europa esta campaña.