El Signal Iduna Park se olvidó del resultado de la ida y se tiñó de amarillo para apoyar a su equipo y buscar una remontada que se antojaba imposible. Pero noventa minutos dan para mucho, y el Real Madrid debía tomarse el partido como uno más y el gol debía estar entre los objetivos de los de Ancelotti para apuntillar el pase a las semifinales.
Las molestias de Ronaldo impidieron al luso entrar en el once inicial, pero la plantilla del Real Madrid es lo suficientemente alta como para no echar en falta al luso. Illarramendi fue su sustituto, Di María ocupó la banda derecha y Bale ocupó el lugar de Cristiano. El diluvió minutos antes del partido hacían presagiar una auténtica batalla y la presencia de Lewandoswki, nadie se olvida de su póker de goles en las pasadas semifinales, auguraban un partido muy distinto al que vimos en el Santiago Bernabéu.
El aliento de la afición hacía presagiar un inicio de locura, con un Borussia apretando, con fuerza y sin escatimar en el esfuerzo físico, en busca de un gol tempranero que alimentara el milagro de la remontada. Pero nada más lejos de la realidad. Los de Klopp se hicieron con el mando del partido en los primeros minutos pero no con la intensidad que se le presuponía, mientras que el Real Madrid se centró en lo táctico, en la colocación y en la defensa, y así buscar sus opciones a la contra. Poco a poco el Real Madrid se fue haciendo con el ritmo de partido.
A los dieciséis minutos el Real Madrid tuvo en sus manos cerrar la eliminatoria. La pelota le llegó a Coentrao en la banda izquierda y su centro acabó golpeando en el brazo de Piszczek. Penalti y Di María tomó la responsabilidad, y disparó a la izquierda de Weindenfeller, que adivinó la intención del argentino y mandó el balón a saque de esquina. La reacción no se hizo esperar y el partido cambió por completo: dos minutos después Reus disparó a placer desde la frontal del área pequeña un pase de Lewandoswki que sorprendentemente se fue desviado, lamiendo el palo derecho de la portería de Casillas.
Poco después, un balón sin peligro le llegó a Pepe, que se confió y cabeceo atrás, regalándole la pelota a Reus, que a placer esquivó a Casillas y anotó el gol de la esperanza para los alemanes. El Signal Iduna Park se volvió una olla a presión y el Borussia se fue arriba con todo. Los miedos empezaron a sentirse entre los jugadores del Real Madrid. El balón era de los alemanes, al Madrid no le duraba y la imprecisión y el nerviosismo se iban apoderando de los de Ancelotti.
En el treinta y uno, Hummels pudo hacer el segundo tras rematar a bocajarro una falta pero Casillas desvió a córner. Y de nuevo, a los treinta y seis minutos, Illarramendi regaló un balón en el medio del campo, le pelota le llegó a Lewandowski y en el mano a mano, Casillas desvió la pelota, que impactó en el palo y le calló de nuevo a Reus que fusiló a placer para encender todas las alarmas.
El miedo se apoderó de los jugadores del Real Madrid. El Borussia estuvo muy voluntarioso, pero los de Ancelotti se fueron al descanso lamentado el penalti fallado por Di María y los dos errores que terminaron en el gol de los alemanes.
Carlo Ancelotti buscó soluciones al descanso y dio salida a Isco por Illarramendi y recuperó el centro del campo habitual con Xabi, Modric y Di María. La presencia del malagueño dio al Madrid más control y serenidad a un equipo que seguía "grogui" por los golpes recibidos en la primera mitad. Bale disparó a los cuatro minutos sobre la portería del Borussia, pero de nuevo se encontró con Weidenfeller. A continuación fue Bale quien penetró por la banda derecha y puso un balón que se paseó por delante del área, y un minuto después, Benzema se plantó delante del portero, pero su intento de regate se encontró de nuevo con el portero.
El Real Madrid consiguió hacerse con la pelota, aunque la sensación de miedo y de inquietud seguía apoderada de los jugadores del Madrid. Las oportunidades empezaban a llegar, pero cualquier cosa podía pasar. El Borussia sabía que tenía mucho tiempo para hacer un gol que les llevara a la prórroga, y eran conscientes de que uno en contra dejaba de nuevo la eliminatoria encarrilada para los blancos.
Y así fue: una contra del Borussia acabó con Mkhitaryan delante de Casillas, le regateó, y cuando se cantaba el tres cero, la pelota se estrelló contra el palo. De nuevo cambió el rumbo de partido: Dos minutos después de nuevo Mkhitaryan disparó dentro del área, pero se encontró, otra vez, con Casillas. Y un minuto después fue Reus el que disparó a bocajarro y volvió a aparecer Iker con un paradón que evitó de nuevo la igualada en la eliminatoria.
Quedaban veinte minutos y el Borussia se fue con todo arriba. Benzema volvió a probar a falta de diez minutos para el final, pero de nuevo se encontró con el portero alemán. El Dortmund se dejó todo en el campo y aunque se metió en la eliminatoria con dos errores de los de Ancelotti, merecieron forzar la prórroga y a punto estuvieron de conseguirlo, pero volvió a aparecer el santo del Real Madrid, el que siempre aparece cuando nadie más lo hace: Casillas volvió a reivindicarse, volvió a demostrar lo que ha demostrado siempre, y metió a los blancos en las semifinales de la Champions League. El Real Madrid se mete de nuevo entre los cuatro mejores de europa, pero con lo visto hoy, se antojo complicadoo que el Real Madrid pueda levantar la orejera, pero la siguiente ronda será otra historia y de este equipo se puede esperar cualquier cosa, lo mejor, pero también lo peor.