En los tiempos modernos, siempre nos ha parecido que la tecnología era lo contrario de la naturaleza, de un lado estaba lo natural y por otro lo artificial. Esta semana han llegado los primeros resultados en fusión nuclear, una técnica para conseguir una energía limpia de gran rendimiento. De confirmarse ¿Podría ser que fuera la técnica lo que salvara a la naturaleza?¿Podría ser la tecnología parte de la naturaleza?
Esta noticia energética ha pasado desapercibida a pesar de su envergadura como descubrimiento en un momento que el Mundial de Qatar y las tensiones políticas en España están siendo protagonistas de las principales portadas informativas.
Sobre esta situación, Sabino Méndez, afirma que "esto podría cambiar el panorama energético del próximo medio siglo" además de significar un cambio de visión a la hora de poner en contraposición la tecnología y la naturaleza, una estigmatización que viene desde el renacimiento con la reacción a las primeras máquinas anteponiendo términos como natural y artificial.
Para deshacer el malentendido, Sabino Méndez afirma que hay que separar la ciencia, aquella por el cual aprendemos y descubrimos aspectos que tal están ahí, y la tecnología, la conducta que parte de lo detectado por la ciencia. De este modo, de la tecnología se puede abusar y de la ciencia no. "Antes de echarle la culpa de nuestras propias malas opciones a la tecnología, deberíamos darnos cuenta de que al ser parte de nuestras conductas, es parte por tanto de la naturaleza", afirma el escritor.
Por último, finaliza extrapolando esta dicotomía al caso del ser humano que evolucionó tecnológicamente con propiedades de otros animales (garras, púas, etc.), por las que pudimos meternos en su terreno. La tecnología llevó a los seres humanos a los límites de la biología, asiente.