SOSPECHOSOS

Sabino Méndez: ¿Qué es lo que nos empuja a hacer los propósitos de Año Nuevo todos los meses de enero?

Nuestro sospechoso de domingo, Sabino Méndez, reflexiona en Por fin no es lunes sobre qué hay detrás del espejismo que representan los propósitos de Año Nuevo, que una gran mayoría de personas realizan cada mes de enero.

ondacero.es

Madrid | 08.01.2023 09:16

Sabino Méndez: ¿Qué es lo que nos empuja a hacer los propósitos de Año Nuevo todos los meses de enero?

Empezamos un nuevo año y con él llegan los nuevos propósitos de cada enero. ¿Por qué escogemos esta fecha siempre para intentar ser mejores? ¿Qué es lo que nos empuja para querer ser más sanos, guapos, jóvenes y modernos el año que viene? ¿No habrá detrás una insatisfacción permanente o un sentimiento de culpa?

Como no sabemos qué nos deparará el nuevo año, eso nos hace creer que tenemos por delante tiempo limpio, nuevo y reluciente, como las páginas de un cuaderno nuevo todavía sin emborronar. Pero eso no es más que un espejismo mental que nos provoca una visión engañosa de las cosas.

En base a ese espejismo es en lo que fundamentamos los propósitos de año nuevo. Nos proponemos comer más sano, hacer dieta, ir al gimnasio, dejar de fumar o ser menos perezosos con el objetivo de estar más sanos, guapos, tranquilos, ser mejores y perfeccionarnos.

Detrás de todo esto no está el fantasma de una cierta culpabilidad, sino la tranquilidad que nos da a largo plazo tener la convicción de que en esta vida hemos desarrollado todas nuestras capacidades y saber qué hemos hecho lo máximo que podíamos.

Sin embargo, sí detecto un cierto fantasma de culpabilidad como si nos preguntásemos sobre nuestros límites y no estuviéramos muy convencidos de que hemos hecho todo lo posible por llevarlos más lejos. Siempre nos queda la duda de saber hasta qué punto nos hemos acercado a ellos y quizás por ello, dice el pensamiento que el ser humano más feliz es quien conoce verdaderamente sus limitaciones.

Si los nuevos propósitos respondieran a esas motivaciones profundas que estoy mencionando, ¿no serían una carga y una obligación para nosotros, algo que nos conduce a la frustración y a la baja autoestima? ¿Acaso algo nos garantiza que seríamos más felices con los pulmones más limpios, el hígado menos graso o dejándonos el dinero pagando el gimnasio?

Dado que nadie nos puede garantizar eso, se me ocurre proponer hacerlo al revés. Sentarnos el día de Año Nuevo y pensar que este año vamos a ser un desastre, que no nos vamos a cuidar ni hacer ejercicio. A veces somos mejores si nos perfeccionamos sin saberlo.

Como seremos incapaces de cumplir tantas cosas, nos sentiremos igual de perezosos, pero algo mejores de lo que seríamos si los hubiéramos cumplido.