SABIO DE GUARDIA

Pablo Pombo: "El político no es tu jefe, sino tu cliente"

A colación de las inminentes elecciones autonómicas de Castilla y León, Pablo Pombo, nuestro provisional sabio de sábado, reflexiona en 'Por fin no es lunes' sobre la figura del asesor político y su relevancia en las campañas electorales.

ondacero.es

Madrid | 12.02.2022 11:02

Una de las figuras más relevantes en un gabinete político es la del asesor de comunicación política. Relevante e imprescindible, pero alejado de los focos y de las polémicas, el asesor político ha de orientar al candidato electoral hacia una comunicación estratégica que permita ganar la confianza del electorado.

Pablo Pombo sabe de lo que habla puesto que a lo largo de varios años ha trabajado asesorando a algunas de las figuras políticas más relevantes del país. Es por eso que, a colación de las inminentes elecciones autonómicas de Castilla y León, nuestro provisional sabio de sábado, reflexiona sobre la figura del asesor político: desde su relevancia en las campañas electorales, hasta su relación profesional y personal con respecto a los políticos asesorados.

"El político no es tu jefe, sino tu cliente", ha manifestado Pombo para expresar su idea sobre el tipo de relación personal y profesional que pueden llegar a entablar un asesor y un político.

Paga el político

En una interacción político-asesor, resulta crucial concebir una relación puramente profesional en la que es el político quien contrata los servicios de un asesor, motivo por el cual, tras firmar un pacto contractual, se convierte en cliente de aquel experto en marketing o comunicación política.

A partir de ese momento, el asesor tratará de vender su mejor producto: el éxito electoral, motivo por el que habrá de aportar lo mejor de sí mismo para satisfacer los deseos de su cliente. "El hecho de que un líder político sea tu cliente te obliga a ofrecerle lo mejor y a estar disponible siempre", ha expuesto el sabio.

Asimismo, Pablo Pombo ha incidido en la relevancia de la labor del asesor político: "El consultor trabaja sobre algo tan delicado como la carrera del político, su imagen pública presente y futura", ha dicho.

Es por eso, que el consultor ha de saber adaptarse a las necesidades de cada cliente -ya que "nunca me he encontrado con dos políticos iguales"- y conciliar los dos intereses del político: lo mejor para sí mimo y lo mejor para la sociedad.

Es en esta conjunción donde se halla el equilibrio, la calma, la verdad. Por esto, un asesor ha de ser honesto y leal para prevenir adulaciones huecas y banales. "Se puede ser amigos, pero no se debe", ha expuesto el sabio apuntando que "lo ideal es que la confianza sea grande, la admiración mutua y el afecto razonable, pero sin entrar en el campo de la amistad porque el asesor se ablanda, se compadece del político, y entonces todo se desacompasa".

La evaluación de los resultados

El trabajo de un asesor político es una constante en política, pero sobre todo se acentúa en los periodos de campañas electorales.

"Hay campañas en las que todo sale bien y hay campañas en las que uno no sabe por qué todo se tuerce", ha manifestado el sabio. En cualquier caso, llegado el lunes de resaca electoral, Pombo ha explicado que los asesores tienden a finalizar su trabajo sin realizar un análisis previo de los resultados obtenidos.

"El lunes se trabaja porque hay que preparar la rueda de prensa, la gestión de los escenarios, pero la estrategia termina con los votos", ha señalado. Y es que el proceso de autocrítica puede resultar muy doloroso, pero es igualmente necesario para evitar cometer los errores que condujeron al fracaso o reiterar los aciertos que llevaron al éxito.

Sea como fuere, "el cliente siempre tendrá la obligación de pagar".