Hace unos días se descubrió en Alemania que un grupo nazi preparaba un golpe de estado y en Perú, el propio presidente, intento hacerse con todo el poder ¿Cuánto hay de alarmante en estas noticias?¿Realmente corren peligro nuestras democracias?¿Es posible dar un golpe de estado en el corazón de la Unión Europea?
Tanto el suceso de Alemania como el de Perú, a pesar de no haber tenido éxito en sus objetivos, han supuesto un ataque directo al la democracia. Ante esta situación, Ignacio Varela, nos abre una visión en la que "la democracia ha demostrado que, cuando quiere, sabe defenderse" pero nos indica que si miramos en el trasfondo político-social de estos hechos "la gran batalla política del siglo XI ya no es entre la derecha y la izquierda, sino entre la democracia liberal y representativa y el nacional populismo que tiende a la autocracia".
Actualmente, el nacional populismo y la autocracia han fracasado en sus pretensiones, según Ramón González Ferriz. Según explica Ignacio Varela, Putin está siendo derrotado por el "pueblo ucraniano "con la ayuda de "las democracias occidentales", el régimen chino "fracasó" en la política de covid 0 y en los confinamientos en masa que plasman las "vergüenzas en la sanidad tercermundista" y en Irán "se han comido la policía de la moral" y "las mujeres están un poco menos oprimidas que ayer".
Esta batalla de la democracia ha cambiado, ya no es como antes que desaparecen en cualquier momento sino que se va quebrando poco a poco debido a el carácter civil de los golpistas. 'Como mueren las democracias' es un libro que explica esta teoría y en el que Ignacio Varela se apoya por su actualidad a pesar que se escribió hace 5 años por dos profesores de la prestigiosa Universidad de Harvard.
Sobre el libro, procede a leer una parte en la que dice que las democracias van resquebrajándose fracasando por parte de presidentes o primeros ministros, algo que ya empieza a ocurrir a en las urnas. Esto no es un hecho alarmante porque no hay ningún golpe de Estado o ley marcial, y en el caso de denunciarse se califica de exagerado. "La defunción de muchas democracias comienza cuando un partido del sistema muestra mayora afinidad con los extremistas que están a su lado en el espectro político que con los moderados del otro lado" recalca el libro. Por último, este texto termina con una alusión al sistema judicial que se puede traspasar a la política actual en el que se afirma que "apresar a los árbitros les permite aplicar la ley de manera selectiva, castigar a los adversarios y proteger a los aliados".
Para terminar, Ignacio Varela termina reflexionando con dos puntos: la preocupación ante el enfrentamiento del poder político hacia el judicial y el ejemplo del golpe de Estado de Alemania que se solventó por un órgano de la policía que vela el Estado de derecho y la Constitución vigilando a los grupos que puedan hacerla peligrar.