Esta semana, se publicó una encuesta muy amplia y completa que hace regularmente la fundación BBVA sobre la confianza en la sociedad española. Este estudio y otros parecidos nos ayudan a conocernos mejor. Por un lado, nos muestra en quién confiamos y en quién desconfiamos los españoles en todos los ámbitos; y por otro, nos da pistas sobre los ingredientes de la confianza. ¿Qué factores intervienen para hacernos confiar o desconfiar de algo o de alguien?
Casi todas las decisiones que tomamos las personas hoy en día están basadas en la confianza, desde cuando conoces a alguien hasta decidir a qué colegio llevas a tus hijos. Una llave que es capaz de abrir grandes puertas como la de los electores en la política, si un partido genera confianza puede llegar a más votantes.
Ignacio Varela comienza describiendo la confianza como "una cosa etérea, sumamente frágil y prácticamente indefinible", algo que sentimos y que llegamos a reconocer pero no somos capaces de describir. La confianza, afirma, es un punto muy importante en las relaciones internacionales, algo que a Rusia le va a costar encontrar en los demás países tras la guerra; y en la economía, lo peor que le puede ocurrir a un país es sufrir una crisis de confianza.
Seguidamente, comenta que nadie tiene la fórmula para crear la confianza, ya que quien lo hiciese podría dominar el mundo. En cambio, sí se sabe cómo destruirla. La confianza tiene tres premisas esenciales a la hora de conformarse que son: ética (si nos dicen la verdad), proximidad (si hay una cercanía) y la competencia (si nos defraudará). Si una de estas no se cumple, no se establecerá una relación de confianza.
En el caso de los españoles, la confianza la suelen otorgar a las personas, concretamente de avanzada edad, antes que las instituciones porque se la tienen que ganar. Un ejemplo sería a la hora de tener un problema, confiamos más en la familia o amigos antes que en el Estado o cualquier gobierno. En concreto, entre 16 y 17 que conforman un círculo íntimo con los familiares que más hablamos y una media de ocho personas a las que otorgamos el título de amigos, aunque las madres se llevan la primera posición.
En la encuesta, Ignacio Varela destaca la alta confianza que nos generan instituciones relacionadas con la salud y la seguridad (encabezando la lista la Sanidad Pública, la policía y el ejército), y la desconfianza que tenemos en la política (parlamento, sindicatos y partidos políticos) la iglesia y los bancos. "Si lo agregamos todo, podríamos construir una pirámide de la confianza de los españoles. En la cúspide, estaría la madre que nos parió y, en el fondo, los partidos políticos. En ambos casos muy merecidamente", explica.
Por último, establece dos paradojas que se establecen en la encueta que son la fe en la democracia mientras desconfiamos en la política y todo lo que engloba, y la baja posición de las redes sociales mientras la mayoría de las personas afirman que las utilizan.