SABIOS DE GUARDIA

Sabino Méndez: "Ahora hay tantos males que al pobre Satán lo hemos relegado al final de la cola del paro"

Sabino Méndez, nuestro sabio de domingo, reflexiona en 'Por fin no es lunes' sobre la figura del diablo, un ser bíblico que durante siglos encarnó la más terrorífica esencia del mal a pesar de que en la actualidad ha quedado relegado a un segundo plano

ondacero.es

Madrid | 26.12.2021 11:53

Sabino Méndez, nuestro sabio de domingo, reflexiona sobre la figura del diablo: aquel príncipe de los ángeles sublevados contra a Dios que, en la tradición judeocristiana, representa el espíritu del mal. Sin embargo, a pesar de que durante siglos satanás encarnó la más terrorífica esencia del mal, en la actualidad ha quedado relegado a un segundo plano ante el auge de multitud de males diversificados y fragmentados cuyos orígenes responden a cuestiones racionales.

"Hasta hace pocas décadas la figura del diablo era la encarnación del mal, pero ahora hay tantos males y culpables que al pobre Satán lo hemos relegado al final de la cola del paro", ha expuesto Sabino apuntando, irónico, que "hasta el papa Francisco lo ningunea al no mencionarlo en sus discursos".

Ascenso y caída de Lucifer

Nuestro sabio ha explicado la evolución que la figura del diablo ha presentado a lo largo de la historia. Y es que, explicaba el sabio, aunque su origen reside en la tradición judeocristiana, durante siglos fue presentado como una especie de bufón más en el espectáculo de la juglaría.

Sin embargo, a partir del siglo XV comenzó a concebirse como una figura terrible: "la encarnación del mal de la que hay que protegerse", subrayaba Sabino. Entonces se emprendió una lucha contra el mal que derivó en centenares de crímenes ahora incomprensibles.

"Los seres humanos tenemos mucho peligro cuando nos proponemos luchar contra el mal porque es entonces cuando rompemos más cosas que nunca", explicaba el sabio ejemplificando sus palabras: "Casi todos los campos de concentración de la historia se han edificado para defendernos de algún supuesto mal, los autos de fe, la Inquisición... fueron mecanismos para luchar contra un supuesto mal".

No obstante, todo comenzó a cambiar con el auge del Siglo de las Luces. Su florecimiento determinó el inicio del fin del pánico al diablo, aunque todavía amenazaría la paz mental de muchas personas durante muchos años más.

Sabino lo tenía claro: "A Voltaire le debemos la salvación de muchísimas más vidas de las que nos imaginamos con su negación de Dios y del Diablo". Y es que, señalaba Sabino, "durante dos siglos murieron en la hoguera muchas personas a las que injustamente se les acusó de estar al servicio de Satán".

El monopolio del mal

La Ilustración condicionó el declive de Satanás, pero durante décadas su figura continuó, cuanto menos, suscitando interés social. "En los años 70, Satán era tan famoso como una estrella del cine, protagonizó películas como El exorcista y fue el motivo de multitud de sectas satánicas", ha explicado Sabino.

No obstante, el sabio no ha dudado al afirmar que "el monopolio del mal ya no está en el demonio, pues el pobre Lucifer está superado por la competencia". El efecto de la globalización en las figuras de la divinidad ha propiciado la aparición de multitud de males "y, probablemente, el más perjudicado de ellos ha sido el demonio que casi ha sido expulsado del imaginario colectivo ante la ingente cantidad de rivales más odiados que él", indicaba Sabino apuntando que "al diablo no le ha quedado más remedio que batirse en retirada".

"Si le preguntáramos a un cristiano, nos diría que no menospreciemos la figura del demonio porque probablemente esta fragmentación en innumerables demonios particulares no es más que una táctica del propio diablo para pasar desapercibido y atacarnos mejor", argüía Sabino que, en cualquier caso, rebatía esta tesis recurriendo a la demostración definitiva: el diablo ya no interesa ni en la ficción.

"En el año 2015 a alguien se le ocurrió que se podría repetir el éxito de antaño con una producción sobre el diablo, pero la serie fracasó lamentablemente", concluía Sabino y se preguntaba retóricamente: "¿Cómo podía pensar el pobre Lucifer que iba a ser capaz de competir con crcks como Trump o Boris Johnson?"