Domingo 13 de noviembre para llegar tarde o en el caso de algunos no llegar por fuerza mayor, Jaime Cantizano, se sigue recuperando del otoño en la garganta como muchos españoles a estas horas y guarda cama como el Quijote de Gustave Doré. Que entonar el domingo desde la horizontal no es mal plan siempre y cuando la cosa para enderezándose y pasando el malestar. Es cuestión de perspectiva ¿No creen? y la historia y la literatura nos da mucho de esto. Y la arqueología.
Pues… saben que se puede estar en el mas allá más de 3.000 años pero despierto durante los últimos 100. Este noviembre se cumplen 100 años del descubrimiento arqueológico más importante del siglo XX, esto es, de darnos con Tutankamon y abrir una de las puertas más fascinantes hacia el Antiguo Egipto. Donde por cierto, se está celebrando la Cumbre del Clima, en Egipto. Un país que hasta el día 18 es un escenario clave para los países del Sur Global y para el futuro.
¿Pero y qué tendrá que ver la Cumbre climática o algo de clima con Tutankamón? Mucho, y para entonces el curso natural del clima acabaría protegiendo de saqueos la tumba del faraón. La crecida del Nilo a su paso por el Valle donde estaban las tumbas confluyó probablemente por tres ramales y se detuvo en la entrada a la escalinata de la tumba del faraón niño. Los sedimentos que removió el caudal y el temporal se secaron con la intensidad y calor del sol de Egipto y fue tal vez por ese camuflaje natural por lo que no sería hasta noviembre de 1922 Howard Carter y su equipo descubriera el primer escalón que llevaría al túnel que conducía a la cámara funeraria. Llegar hasta ahí asomarse y ver cosas maravillosas. Entonces el clima hizo justicia y permitió el sueño casi eterno.
Hoy la historia cambia y lo que tratamos de descubrir es cómo hacer justicia climática, cómo romper la maldición faraónica que heredarán las próximas generaciones. Si no despertamos del letargo, al menos soñemos con que aún se puede hacer algo. Puede que inspire más el elogio al proceso que al resultado.