Un joven policía llega a su nuevo destino, un pueblo costero de la España de los 80, para sustituir a un compañero, que ha aparecido muerto en extrañas circunstancias. Allí descubre lo que aparenta ser una comunidad de apacibles jubilados, aunque la realidad no puede ser más aterradora. Son criminales nazis huidos de la justicia alemana que encontraron asilo en España, gracias al régimen de Franco.
Es la sinopsis de la nueva película de Óscar Aibar, 'El sustituto'. La historia del policía, interpretado por Ricardo Gómez, es ficción, pero el trasfondo es absolutamente real. De hecho, el director nos ha contado que la idea de la película surge tras ver una foto en la pared de un restaurante de Calpe. "Eran seis hombres, vestidos con el uniforme de las SS, comiéndose una paella", cuenta. Al preguntar "de qué rodaje era la foto", le dijeron que no, que no era un rodaje, que eran "los alemanes de Denia", una localidad cercana.
Así descubrió la existencia de una colonia alemana de nazis que exhibían sin ningún tapujo sus orígenes y que vivían protegidos, primero por el régimen de Franco, y luego incluso por la democracia española.
A la conversación se ha sumado también Francisco Rodríguez de Gaspar, periodista, autor del libro 'Otto Skorceny, el nazi más peligroso en la España de Franco', que nos ha ofrecido un retrato de una realidad que muchos desconocen y en la que han tenido un protagonismo esencial nombres como Gerhard Bremer, que puso un complejo hotelero en Denia, o Johannes Bernhardt, que consiguió que Hitler apoyase a Franco en la Guerra Civil.
"Muchos jóvenes me preguntan cómo es posible que algo así no se conozca más", cuenta Óscar Aibar. "Yo siempre digo lo mismo", añade, "los servicios secretos, la Inteligencia de Franco, eran muy buenos... haciendo cosas muy malas"