La presidenta de Médicos Sin Fronteras, Paula Gil, explica en Por fin no es lunes que la ONG lleva pidiendo desde hace mucho tiempo que se liberen las patentes de las vacunas Covid-19 para que otros países con posibilidad de hacerlo puedan fabricarlas y así hacerlas más accesibles para los países en vías de desarrollo.
Sin embargo, reconoce que se están encontrando con el bloqueo de la Comisión Europea, que no quiere liberalizar estas patentes debido a que detrás de ellas "hay intereses económicos brutales" y de "poder absoluto de las farmacéuticas".
Entre 80.000 y 180.000 sanitarios fallecidos por la pandemia
Asegura que con la epidemia de Sida, una de las mayores oportunidades que hubo fue cuando en los años 2000 se liberaron las patentes de los antiretrovirales, lo que hizo posible que tratamientos que costaban 10.000 dólares al año por paciente, pasaran a costar 80 dólares después de que se pudieran fabricar en otros países.
"Eso es lo que estamos reclamando con las vacunas del Covid-19 y no nos están haciendo caso. La Comisión Europea lo está bloqueando por los intereses comerciales que hay y por el poder absoluto de las farmacéuticas. El Covid nos está desbordando porque va más allá de la enfermedad en sí", afirma.
Explica que la pandemia está haciendo mucho daño a nivel global, no sólo por la mortalidad asociada al propio Covid-19, sino la que se está produciendo por la falta de diagnóstico de otras enfermedades o por la falta de acceso equitativo a las vacunas: "Tenemos un norte global con coberturas de vacunación muy altas, y países del sur en los que apenas llegan al 7%, es un claro apartheid en la distribución de las vacunas [...]. Si se pudieran fabricar en el sur, industrias que tienen capacidad para hacerlo, como India y Sudáfrica", esos países podrían acceder antes a ellas.
Asimismo, cuenta que se estima que han fallecido entre 80.000 y 180.000 sanitarios en todo el mundo por culpa del Covid-19, la mayoría de ellos, en países en vías de desarrollo. De ahí la importancia de vacunar en estos países: "Estas personas son las que están conteniendo la pandemia y están haciendo de muro de contención".
50 años de Médicos Sin Fronteras: cómo ha evolucionado la ONG
Paula Gil explica que gracias a la tecnología se ha producido un gran avance en la capacidad de la ONG para ayudar a las sociedades más necesitadas. Asimismo, el poder contar con otro tipo de trabajadores y voluntarios, así como integrar a las comunidades a las que ayudan, también les ha ayudado mucho.
"Antes, era un grupo de europeos los que iban al terreno a aportar ayuda, ahora integramos la opinión de las comunidades a las que vamos a servir para que nos digan qué tipo de ayuda necesitan. La organización también ha evolucionado: ahora el 80% de nuestro personal son personas de los países en los que trabajamos, de 170 nacionalidades distintas, que nos ayudan a acercarnos a esas comunidades dejando de lado ese sistema colonialista", asegura.