ENTREVISTA

Conocemos los secretos de la Casa Batlló, una "apología de la felicidad" en Barcelona

Situada en el número 43 del Paseo de Gracia de Barcelona, la Casa Battló acaba de ser elegida como el Mejor Monumento del Mundo en los Premios Remarkable Venue Awards

ondacero.es

Madrid | 22.01.2022 11:59

La Casa Battló, en Barcelona, acaba de ser elegida como el Mejor Monumento del Mundo en los Premios Remarkable Venue Awards, que otorgan los usuarios de la web Tiqets, de venta de entradas a enclaves turísticos. Y nos ha parecido una excusa tan buena como otra cualquiera para poner en valor uno de nuestros reclamos turísticos más espectaculares.

Hemos hablado con Ingrid Olmo, del área de comunicación y marketing de la Casa Batlló y le hemos preguntado por qué en su web definen el edificio como una "apología de la felicidad". "Por dos motivos", nos ha contado, "primero porque Gaudí la hizo en su época más feliz. Segundo, porque es la sensación que queremos transmitir a nuestros visitantes"

La Casa Batlló nace como tal por una reforma. El edificio original se construyó en 1877, obra de Emilio Sala Cortés, que fue profesor de Gaudí. En 1903 Josep Batlló, empresario textil, compra el edificio y le encarga a Gaudí que realice una reforma integral. Por la reforma que quería hacer el arquitecto, era más fácil tirar el edificio y construirlo de cero, pero finalmente se decidió mantener la estructura y trabajar sobre ella. Dicen que en la decisión influyó que Sala había sido su maestro.

El modernismo tenía muchos detractores. De hecho, Amalia Godó, la mujer de Josep Batlló -el propietario que impulsó la remodelación del edificio- no estaba nada convencida de la elección de Gaudí. Al parecer, no le gustaba nada tanta forma curva y decía, apunta Ingrid Olmo citando una leyenda urbana, que era "imposible de decorar".

La Casa Batlló está situada en una zona que se conoce como ‘La manzana de la discordia’porque en pocos metros se acumulan muchas obras de arquitectos modernistas, que competían por conseguir hacer el edificio más espectacular: la Casa Amatller, que colinda con la de Gaudí, obra de Josep Puig i Cadafalch; la Casa Lleó Morera, obra de Lluís Domènech i Montaner; la Casa Mulleras, de Enric Sagnier; y la Casa Josefina Bonet, de Marceliano Coquillat.