Hace tres años, cada día puntualmente a las 20:00 de la tarde, decenas de miles de personas en este país salían a los balcones para agradecer su trabajo y su lucha diaria.
Los sanitarios fueron el colectivo más aplaudido durante la crisis del Covid-19, pero hoy, aquellos a los que se convirtió en héroes, son el blanco de la crispación. Han pasado de ser los aplaudidos a ser los agredidos.
El relato de Javier, médico agredido en enero
"Estando de guardia en el área de observación quirúrgica, teníamos ingresado a un paciente con un problema en un brazo. Era probable que fuese intervenido y estaba en ayunas.
A la hora de la visita, estaba la mujer del enfermo y ambos empezaron a pegar gritos, a insultar, a amenazar porque este señor que estaba en ayunas -no porque nosotros lo quisiésemos, sino por posible operación-. Nos dijeron que qué pasaba y que allí no se hacía nada.
Yo intenté explicarle que se le estaba poniendo el tratamiento médico para evitar la intervención, pero que tenía que estar en ayunas unas horas más por si acaso había que intervenirlo.
De forma súbita, se levantó de la cama, nos siguió amenazando diciendo que se había quedado con mi cara. Y algo que a mí nunca me ha ocurrido: me cogió de la bata, empezó a tirar de mí, yo reculé y me persiguió por todo el área de observación.
En ese forcejeo, apareció el guardia de seguridad y yo me caí al suelo. Tuve contusión en la cadera y una contusión en el codo. Pero más fue la afectación emocional de que estás ahí intentando curar a un enfermo".
Récord histórico de agresiones a sanitarios: un 38% más
La agresión el pasado mes de enero a Javier Gutiérrez, médico del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, no es un caso aislado. Ser sanitario se ha convertido en una profesión de riesgo y los datos así lo reflejan: las agresiones a profesionales médicos se han disparado, han batido su propio récord histórico.
En el año 2022, los colegios oficiales de médicos registraron 843 acciones violentas, un 38% más que el año anterior. Cada 10 horas, un profesional es atacado con insultos, amenazas o lesiones.
Rafael Rosco es enfermero en el Hospital Virgen de la Macarena de Sevilla: "Esta agresión se cometió en una sala de espera en la que los pacientes esperan cada uno una cosa: ser vistos por primera vez por el médico, que la enfermería le saque sangre, esperar resultados, esperar ser ingresados o ser dados de alta.
Este paciente quería que se le realizase algo en ese momento y al no poder hacerlo, empezó a increparme y, al no conseguir nada, cogió un teléfono de la mesa de la sala de espera y me lo tiró a la cabeza. En ese momento, no sabes qué hacer, tienes que guardar la compostura, intentar calmar a esta persona, pero una vez que te agrede, ¿qué haces?. Te sientes pequeño, indefenso y se pasa muy mal. Y esto es muy habitual. No ya agresión, sino verbal. Es prácticamente diaria".
Denunciar es primordial
Ocho de cada diez enfermeros han sufrido una agresión a lo largo de su trayectoria. En estos casos, denunciar es primordial. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado instan a hacerlo. Sólo en 2022, la Policía Nacional registró un 7% más de denuncias por agresiones a estos profesionales. En total, se interpusieron 241, casi un 60% por amenazas verbales y un 42% por agresiones físicas.
Tras más de 8.000 atenciones en centros sanitarios y atenciones domiciliarias, la Policía detuvo el año pasado a 60 personas. Manuel Yanguas es comisario principal, jefe de la Unidad Central de Seguridad Privada de la Policía Nacional e interlocutor policial nacional sanitario, y en Por fin no es lunes explica que los datos aportados sobre denuncias registradas, son denuncias que se han presentado ante la Policía Nacional en los que no están incluidas las presentadas ante la Guardia Civil, los Mossos d'Esquadra o la Ertzaintza.
Según los datos que maneja, una de las noticias "positivas" es que "están disminuyendo el número de agresiones físicas" porque hay más medidas de seguridad en los hospitales: "Esas situaciones violentas, que en principio empiezan a ser conflictivas, se cortan de raíz y no devienen a una actitud agresiva física, sino que se limitan a un insulto, improperio o una vejación verbal, que también hay que denunciar porque es la única forma que tenemos de perseguir a los autores".
Jueves y viernes, los días que más agresiones se producen
Entre los datos que manejan, aseguran que los agresores no suelen tener un perfil determinado, pueden ser tanto pacientes como acompañantes que no están de acuerdo con el diagnóstico del médico o que se crispan ante el aumento de los tiempos de espera debido a la saturación del sistema
Los hombres agreden más, pero son las mujeres las que sufren más violencia. ¿Por qué? Por un tema de estadística. Hay más mujeres que hombres en el ámbito sanitario, el 85% de los enfermeros son mujeres y el 65% de los médicos también son mujeres.
De todos los colectivos, los médicos son los que mayor número de denuncias presentan y, un dato curioso: analizando las actuaciones, se concluye que jueves y viernes son los días en los que se produce mayor incidencia de agresiones en la franja horaria de 10:00 horas a 12:00 horas.