A Luisa María Flores le apartaron de la Guardia Civil por proteger a una víctima de violencia de género.Se negó a cumplir la orden de un superior, que le instaba a que rebajase la valoración de riesgo extremo de una maltratada. Como persona y como guardia civil, asegura, “no hubiera podido cargar con una muerta a sus espaldas”.
Ya han pasado 7 años de aquella decisión y desde entonces se encuentra de baja médica forzosa. En ese tiempo le han abierto hasta ocho expedientes disciplinarios, algunos con suspensión de empleo y sueldo. En julio, finalizó su última condena. Pero todavía no ha vuelto a cobrar su salario. Tampoco ha podido incorporarse a su puesto de trabajo.
Luisa tiene una deuda que asciende a unos 60.000 euros. Su cuenta bancaria se encuentra en números rojos. Por eso, acaba de abrir un crowdfunding para tratar de recaudar dinero. Además, a su cargo tiene a su madre anciana y enferma de alzhéimer. En Tik Tok @luisamfloresf23 cuenta su historia. En Por fin no es lunes hablamos con ella.