ENTREVISTA EN POR FIN NO ES LUNES

Antonio Couto, el profesor que ha tenido a su suegra como alumna: "Me armaba a veces follón"

¿Ser profesor de tu mujer y tu suegra? Antonio Couto, profesor jubilado de 72 años, ha tenido en sus clases de literatura a dos alumnas de lujo: su mujer y su suegra. En Por fin no es lunes hablamos con él.

ondacero.es

Madrid | 19.03.2023 12:42

Hoy en Por fin no es lunes os invitamos a una clase magistral de literaturaque nada tiene que ver con el modelo convencional. En esta aula, se escucha a Shakira para estudiar el romancero tradicional y la figura de la mala suegra. También se acude a la prensa rosa, para profundizar en los versos del famoso relato de la “pichula” de Vargas Llosa. O se echa mano de la actualidad, para que, con la excusa de los Premios Goya, se hable del mejor sonetista del mundo. Que “Sintiéndolo mucho” no es Quevedo, sino Joaquín Sabina.

El profesor de estas clases de literatura tampoco es convencional. Al igual que tampoco los son sus alumnos. Algunos, le igualan o le superan en edad. En primera fila, durante cinco años, se sentó una alumna de 90 años… Aquella mujer era su suegra… Y hoy una alumna, profesora de historia, no se pierde ni una de sus clases… Esa profesora es su mujer…

Antonio Couto está jubilado. Aunque no se retira. Es más, está más activo que nunca. Tiene 72 años y ha dedicado su vida al mundo de la enseñanza. Fue profesor de Lengua y Literatura en un instituto y docente en la universidad. Desde hace más de 10 años se dedica al voluntariado y a la enseñanza de adultos en La Coruña. Allí a través de la innovación y la emoción enamora a sus alumnos.

Durante cinco años, Antonio tuvo como alumna a su suegra, una mujer de 90 años a la que le gustaban los debates. El profesor de literatura recuerda un día que "le montó un pollo" en clase. Estaba hablando de los distintos tipos de amor en la literatura y su suegra se levantó y le dijo: "Pero qué tonterías estás diciendo. Amor solo hay uno, el que tuve yo con mi marido". Tampoco olvida la cantidad de veces que le echó en cara lo caras que le salían sus clases porque tenía que ir a la peluquería.

Ahora Antonio tiene entre sus alumnos a su mujer, profesora de Historia, a la que le manda mensajes subliminares y la hace emocionar. Dice que juega con ventaja, ya que utiliza vivencias personales para relacionarlas con la literatura. Antonio de momento no piensa en la retirada y asegura que le queda carrete para largo. ¿Dónde estará el secreto de su actividad?