ENTREVISTA EN POR FIN NO ES LUNES

La alumna en la que nadie creía menos una profesora que confió en ella ciegamente

Nerea Fructuoso recuerda en 'Por fin no es lunes' el "shock" que le causaron unas palabras que le dijo su profesora y que a día de hoy le han marcado profundamente.

ondacero.es

Madrid | 14.05.2023 12:49

La alumna en la que nadie creía menos una profesora que confió en ella ciegamente

Todos tenemos un profesor que ha marcado nuestra vida. Un maestro inolvidable, cuyas palabras –seguro- han sido determinantes para que nuestro destino se haya encaminado en una dirección o en otra. ¿A vosotros os ha pasado? ¿Tenéis un profesor que os ha dejado huella?

Nuestra siguiente invitada es una mujer muy brava, que no ha podido olvidar a una maestra por encima de la media. Una maestra sobresaliente, que le dio el empujón para llegar donde nadie esperaba. Nerea Fructuoso no era una gran estudiante, más bien todo lo contrario.

Ningún profesor daba un duro por ella. Hasta que, en tercero de la ESO, una profesora entonó las palabras que cambiaron su vida. "Serás jefa o tendrás tu propio negocio", le dijo. Y diez años después aquellas palabras, como si fueran una profecía, se han cumplido. Esta exalumna ha escrito su historia en un hilo de Twitter y ya acumula casi un millón de visitas.

Nerea recuerda el "shock" que supuso para ella escuchar esas palabras y recuerda perfectamente el momento en el que se produjeron. Estaba en Bachillerato y en una de las clases hicieron conjeturas sobre qué creían los alumnos que serían de mayores. Ella dijo que profesora de teatro, pero la profesora le dijo que la veía más como "líder, jefa y teniendo su propio negocio". Un argumento que apoyaron el resto de compañeros.

La historia de Carlos

Muchas personas se han sentido identificadas con Nerea. Le han escrito a través de Twitter para contarle sus historias con sus maestros. Es el caso de Carlos Santos, al que le marcó un profesor particular de matemáticas que tuvo cuando estudiaba sexto de EGB.

Carlos se aburría mucho en clase y los deberes eran una tortura para él. Así que su abuela (que fue quien le crió), le buscó un profesor particular. La cosa fue tan bien que, en un mes, Carlos hizo los deberes de todo el curso. El profesor comenzó a enseñarle cosas de cursos más avanzados.

La experiencia fue tan buena que Carlos acabó estudiando la carrera de matemáticas en la Universidad de Oviedo. No la terminó, pero sacó la diplomatura. Antes de estudiar la carrera, Carlos ya había sido profesor en una academia. Daba de todo: matemáticas, dibujo, física, química… Después de cinco años dando clase lo dejó para estudiar la carrera. Fue muy feliz como profesor.