En los últimos años se ha popularizado la llamada 'dieta paleo'. Es decir, un intento por seguir los patrones de alimentación que los primeros humanos tuvieron en el Paleolítico. O sea, una supuesta dieta basada sobre todo en plantas silvestres y animales salvajes propios de la época de las cavernas, antes de la invención de la agricultura y la ganadería. Tenemos, un poco, la imagen de que los primeros humanos iban comiendo un poco lo que se encontraban, casi al momento, pero ¿qué comían realmente? ¿Eran capaces de tener una buena despensa? ¿Qué había en el frigorífico de un neandertal?
Los neandertales tenían despensa y hasta hipermercado. Acaban de descubrirlo. La historia comienza en una cantera cerca de Halle, Alemania, en 1980. Allí descubrieron una monumental cantidad de huesos que los holandeses ahora han revisitado y analizado con técnicas modernas. Han empezado a atar cabos y han podido hacer un retrato de cómo era un banquete en la época neandertal, hace 125.000 años.
La pregunta es si ¿hoy en día hay algo que podamos adaptar de aquella dieta paleolítica? Hay estudios que destacan el beneficio de algunos de los alimentos que comían los neandertales, como la ausencia de refinados y procesados con sal y azúcar. Pero un poco lo mismo que le ocurre a la dieta mediterránea. Se trata de formularla bien, porque comerse un elefante en 2023 no te va a llevar a vivir 80 años, sino más bien 40, que es lo que vivían entonces. Un estudio de 2019 analizaba cómo estaban algunas personas que seguían esa dieta y tenían disparados algunos marcadores ligados al riesgo cardiovascular. Seguramente, por el exceso de carne roja que sabemos que no es precisamente buena en abundancia, ni para el corazón ni para el colon.
También hay que tener en cuenta que en la despensa de los neandertales no había ni cereales, ni legumbres ni leche. Los tres son beneficiosos en una dieta equilibrada. Todo esto vino con la agricultura y la ganadería. Por otro lado, los primeros humanos no podían digerir bien la leche. Al principio, todos éramos intolerantes a la lactosa. Hasta que algunos sapiens de Europa mutamos y nos adaptamos, sobre todo a base de vivir largos periodos de hambruna y epidemias en que el agua limpia escaseaba. Por eso, si alguien quiere hacer una dieta en 2023, lo mejor es que consulte con el especialista y no se deje llevar por evangelizadores sin formación. Siempre al médico.