Nos ha tocado atravesar un tiempo áspero y sabemos que este curso va a ser exigente. Se nos superponen varias crisis: la sanitaria, la económica, la social e incluso la institucional.
Vamos a sentir incertidumbre, miedo, hartazgo y desafección. Pero no todo va a estar apagado. Van a ocurrir cosas buenas, muestras de generosidad y expresiones de grandeza en el alma humana y en el cuerpo social.
También oportunidades esperando en el calendario. Ocasiones que hay que detectar y aprovechar porque unas veces traerán alivio y otras la posibilidad de un cambio, de algo por desempaquetar.
Por todo ello en Por fin no es lunes queremos acabar cada domingo mirando al lunes con optimismo. Nos proponemos acercar nuestra pequeña luz a esos instantes que pueden marcar la diferencia y empezar a transformar las cosas en medio de tanta oscuridad. ¡Esperamos conseguirlo!