Hace 34 años, Jesús Gil inició una carrera fulgurante al estrellato del deporte y la política. Una carrera que luego cayó en picado, por lo que sea, que comenzó gracias a algo que ocurrió el 26 de junio de 1987: Jesús Gil fue elegido por los socios del Atlético de Madrid como presidente del Club. Pero ¿cómo llegó Jesús Gil a hacerse con el control de un club tan grande como el Atlético de Madrid? ¿Quién era este hombre antes de comenzar su asalto a los cielos del deporte y la política? Andrés Moraleda lo recuerda en la Cápsula del Tiempo de Por fin no es lunes.
La época de Gil en el Atlético de Madrid se saldó con más sombras que luces. Apenas una Liga, la del Doblete, y tres Copas del Rey, que fueron una especie de oasis en un desierto en el que hubo una apropiación indebida del club, un sinfín de polémicas, una intervención judicial y un descenso histórico en el año 2000.
Pero la historia previa al Atleti de Jesús Gil comienza en los años 60. Este empresario natural de Burgo de Osma (Soria), pasó de la compraventa de camiones y las noches madrileñas al pelotazo inmobiliario, y así, a finales de los años 60, vio que el pujante turismo nacional podía darle importantes beneficios. Así que se dispuso a montar un ambicioso complejo urbanístico a tan solo 70 kilómetros de Madrid, en la provincia de Segovia. Eran Los Ángeles de San Rafael, donde Gil prometía montaña y mar (bueno, un pantano), pero dos años después de inaugurar el complejo, su sueño del pelotazo se vino abajo.
La tragedia de Los Ángeles de San Rafael
El 15 de junio de 1969, 58 personas murieron (y otras 147 resultaron heridas) cuando el techo de un restaurante de Los Ángeles de San Rafael se derrumbó durante una convención. La dictadura de Francisco Franco culpó a Jesús Gil del desastre ya que realizó la obra sin permisos, sin supervisión de un arquitecto y sin plan de construcción. En 1971, Gil fue condenado a 10 años de prisión como responsable de aquella tragedia.
Pero pasó poco tiempo entre rejas. El 4 de febrero de 1972, Franco firmó el indulto a Jesús Gil y este salió de la cárcel, aunque tuvo que compensar con un millón de pesetas a cada una de las 58 familias de las víctimas. Evidentemente, el nombre de Jesús Gil quedó marcado en negativo para la sociedad española. Y durante diez años permaneció a la sombra, preparando su gran obra, que no era otra que el asalto a la política, a través del fútbol.
Jesús Gil utilizó el Atlético de Madrid como trampolín para llegar a la política
¿Y cómo un tipo que para la mayoría de españoles era un delincuente, un asesino, se puede llegar a convertir en un personaje mediático capaz de hacerse con la presidencia del Atlético de Madrid? Además de la mala situación financiera del club en los años 80, hubo dos nombres que hicieron posible que un tipo así llegase a donde llegó. Uno es el del periodista José María García, que ayudó a Gil a blanquear su imagen en la radio, aunque no siempre se llevaron especialmente bien. Y el otro nombre fue el de la gran promesa electoral de Gil para la presidencia del Atleti, el crack portugués Paulo Futre.
En realidad, el fútbol fue una plataforma para Gil, para llegar a su verdadero objetivo, que no era otro que el de la política. Y todos conocemos como terminó aquella historia, en el Atleti y en Marbella. Si te la juegas al pelotazo, no te sorprendas que en algún momento te rebote en la cara, y lo que mal empieza...