De su pulgar y de si apunta al cielo o al suelo depende que haya ejecutivo en el país del que reniega y del que se quiere separar.
Otro delincuente, un asesino, en concreto, es el invitado de honor de la Universidad del País Vasco para hablar de los presos enfermos que le preocupan bastante más que los muertos que el causó.
Y mientras pasea su orgullo de no arrepentido por los pasillos, a las víctimas, a los hijos y nietos de los que murieron por su balas o sus bombas no les queda más que protestar en la puerta. Estamos viendo cosas que no hubiéramos creído.